con este Papa no puedo

Como el Papa me desagrada en grado sumo, no voy a extenderme mucho sobre la naturaleza de la entrevista de Évole, a, Su Eminencia. 

Se oyen voces sobre la inteligencia del Papa y lo bien que lo está haciendo. Recuerdo que los papas han sido unos puteros y los curas: unos chaperos y pedófilos. Y no ha sido una sola vez la que hayan violentado a los chavales, sino que la voluntad de hacerlo ha evolucionado con el tiempo, y en el espacio. ¿Habría en la Santa Inquisición puteros, pedófilos y chaperos? 

Estoy seguro que sí. Y que se trajinaban a las señoras brujas que tenían buen aspecto y mejor cuerpo: antes de quemarlas para que no fueran contando chismes de sus captores puteros y maleantes.

Una de las preguntas que debería haberle hecho Évole hubiera sido la de ¿por qué no cierran el Vaticano, las iglesias y los putiferios que pertenecen a la misma?

No lo hacen porque no está en el guión poderle hacer semejante pregunta al buenista del Papa. Que me parece una señora mayor caduca, insípida, beata: -por supuesto, y meliflua: -en demasía de este jarabe.

Veo que a los separatistas catalanes no les queda otra que recurrir al Santón en busca de consuelo y perdón divino. A no ser que intenten hacerle de mediator en las conversas entre Sánchez y los golpistas. Es que es al único que no le habían metido en el ajo separatista y parece que tienen fe en su Cristo. Al que el Papa le ha negado, por no haber cumplido o complacido el mandato del Padre. Tenía que nacer Franc, -para los amigos-, para hacernos caer en ese dato tan significativo que nos ha llenado de gozo, y ha cambiado el rumbo de la Iglesia. Si el Hijo no ha cumplido el mandato del Padre se ha jodido todo el trabajo de los que idearon el formato de la Biblia para sopor de las generaciones siguientes. El libro de los papas no es religioso, es un mamotreto compuesto para adormecer al más duro de los mortales. Y, si, realmente fue escrito por mandato del Dios judío, es, a buen seguro, el soplo de un alma embrutecida, caótica, malévola, y todo aquello de mal que se nos pueda ocurrir. Un Dios que manda a Su Hijo a que le maten los humanos... deja mucho que desear en el Olimpo de los Dioses. De aquí que tengamos a santones dentro de las iglesias a cada cual más bobo y nenaza. Hablar, en formato falsete, le confiere una cualidad única que no posee otro lelo místico. Pero, ahí lo tenemos, vestidito de blanco Ariel y de sepulcro blanqueado, que no se lo quita nadie.
Entiendo que Évole tenga que hacer de chica de los recados y pasarse y postrarse, ante el dobladillo del faldón del Ecce Homo. Hay chicas para todo y ególatras empedernidos. 
Espero que el mundo tome nota de la intromisión del espectáculo dentro del Vaticano y viceversa; y no quede otro membrillo que pueda acudir a hacerse selfis con el repelente argentino. Las puertas han quedado abiertas a todo aquél que quiera inmortalizarse acompañado del beato.
En fin, amigos
la Iglesia no hace las cosas por que sí, y es seguro que lo hecho ha cumplido una consigna de la que nos enteraremos y repondremos al tiempo. Lo que es seguro que la política anda dentro de los derroteros de la santa masonería. 
¿Por qué se asemejan tanto los católicos a los judíos? 
¿Por qué los visitantes como Iglesias, Mas, y otros payasos, se ponen el kipa, si no son judíos? 
¿Por qué se inclinan sobre las piedras del palacio de Salomón y dejan sus pendencias entre las ranuras? 
¿Es Salomón el más indicado para dejarle escritos perdurables en el éter? 
Según nos cuentan, sus amigos, no eran de lo más amigables para tenerles como tales. Aunque, aquellos, deben ser hermanos de estos a quienes la curia ofrece ofrendas humanas, en las catacumbas vaticanas. Y si lo dice un cardenal... ¿Quién soy yo para llevarle la contraria?
Misma respuesta que dio Franc preguntado por los homosexuales... ¿Quién soy yo para quitarles el vicio?
Ahora resulta que de aquella Sábana Santa, estos resultados homosexuales.
De la Sábana se ha dicho de todo hasta conseguir que fuera santa.
De los homosexuales se ha escrito científicamente que éstos poseen una pituitaria más pequeña que los heterosexuales. Por lo que deducimos que no son homo por vicio, práctica o convicción poética. Es por nacimiento. ¡Y pensar que han habido sacerdotes que han dicho que eran enfermos!