lunes, 25 de julio de 2016

qué introito: haciendo amigos

Transmito de San Pablo: el restaurador del cristianismo en San Pedro.
Los planes de Dios para la mujer. La "mística" del Opus Dei.
    -Deben vestir con hábitos decentes, adornándose con pudor y recato, no deben llevar trenzas ni ornamentos de oro, ni perlas ni vestidos suntuosos, sino hacer obras buenas, como conviene a mujeres que hacen profesión de piedad. La mujer ha de aprender en silencio, con toda sumisión. No concedo a ninguna mujer el enseñar ni dictar leyes al hombres, sino más bien se que comporte tranquilamente. Porque primero ha sido hecho Adán y después Eva; no fue Adan el engañado, fue la mujer la que, engañada, se hizo culpable de transgresión. Solo podrá ser salvada pariendo hijos, a condición de perseverar podrá ser salvada pariendo hijos, a condición de perseverar en la fe, en la caridad y en la santificación con modestia.
Y dice San Juan Crisóstomo, eminente padre de la Iglesia: "por ello Dios asignó a cada sexo sus funciones, para que la parte más útil y necesaria tocase al hombre y la menor e inferior a la mujer, y mientras los primeros serían dignos de honor por su papel eminente, a la mujer, por los menesteres víles que debía desempeñar, no le era dado pensar en alzar la cresta contre el cónyuge.
Mientras Juan Pablo II pide perdón por los errores cometidos por el Santo Oficio (La Santa Inquisición). La Iglesia se razonaba en favor de la esclavitud: 
    "La esclavitud, como tal, no repugna ni al derecho natural ni al derecho divino y pueden ser muy justos sus motivos, según la opinión probada de teólogos e intérpretes de los sagrados cánones. U así, la posesión de un patrón sobre un esclavo no es otra cosa que el derecho a disponer perpetuamente del trabajo del siervo para sus propias comodidades. De aquí deduce que no repugna ni al derecho natural ni al derecho divino el que el siervo sea vendido, comprado o donado. Por tanto, los cristianos pueden lícitamente comprar esclavos o darles en pago de deudas o recibirlos como donación. (No os suena todo esto a la esclavitud sometida por la Iglesia a los refugiados y migrados de que dispone en sus aposentos) (Obra de mano gratis para beneficio de las instalaciones episcopales).
El cristianismo ha cubierto siempre a las prostitutas de desprecio, pero las ha aceptado como un mal necesario. San Aguntín como Santo Tomás sostenían que la supresión de la prostitución habría traído la contaminaciòn de la sociedad con desórdenes de todo género. 
San Agustín decía: "Espulsa a las cortresanas y enseguida las pasiones convulsionarán  todo, ellas son de costumbres impuras, pero las leyes del orden les reservan un puesto, aunque sea el más vil". Y se explayó diciendo: "incluso los propios amigos de la paz no desean otra cosa que la victoria; mediante la guerra, pues, quieren alcanzar una gloriosa paz. ¿Qué es la victoria sino el sometimiento del contrario? Una vez alcanzado esto sobreviene la paz. Por la paz se hacen entonces las guerras. Sé muy bien que nadie ha muerto que no tuviera que morir alguna vez en algún lugar. Pero ¿qué importa con qué tipo de muerte se acaba esta vida? ¿Qué se tiene contra la guerra?, ¿quizá que mueran seres humanos que alguna vez tenían que morir?" 
Santo Tomás admitía la legitimidad de las limosnas dadas por las prostitutas a la Iglesia diciendo: "es la condición de la prostituta la que es torpe, pero no aquello que gana". El terrible Pio V les pirmitió vivir en un barrio reservado sólo para ellas, después de que dictara un edicto de expulsarlas de Roma.
Se sabe que la Iglesia de Roma fue levantada por las limosnas que depositaban las prostitutas en los cepillos; según edicto papal, de expulsión, para aquellas que no cooperaran. La Gran Ramera: llaman a la Iglesia vaticana. ¡Por algo será!
Un dato:
En los primeros tiempos de la Iglesia el sacerdote podía contraer  matrimonio, que la obligación del celibato fue introducida con una ley eclesiástica en 1139, durante el Concilio Lateranense II, en tiempos del Papa Inocencio II. Hoy, decenas de movimientos en todo el mundo luchan por abolir esa obligación, a lo que se oponen los papas. 
En dos mil años de historia de la Iglesia, todos los obispos de Roma han termnado por caer en el encanto perverso de esta ciudad única. Los Papas que no lo entendieron o que no quisieron convivir con ella sucumbieron o tuvieron que buscarse refugio temporal en otras sedes. Algunos eligieron el camino del abandono, como Celestino V o Benedicto XVI. 
La Iglesia ha hecho del Vaticano un centro financiero. En otros tiempos vendía hasta las indulgencias, es cecir, "el paraíso". Era la Iglesia la que vendía unas píldoras abortivas que se llamaban leuteolas y es en su farmacia exclusiva, dentro de las murallas del Vaticano, donde únicamente se puede encontrar un producto americano para la erección artificial (ninguna farmacia en el resto de la península italiana podía venderlo, por lo menos hasta febrero del 94. La misma Iglesia la que inventó la corrupción y el nepotismo. Fue ella la que creó un modelo perverso de comportamiento público que contagió después a todos los poderes civiles y laicos de Italia y quién sabe si también a otros muchos más lejos de sus fronteras. (Un papado medieval en el fin del milenio).Javier Pérez...

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