lunes, 11 de julio de 2016

la teoría del oro en polvo: la eterna juventud

Las profecías de los monjes tibetanos
Dentro de unos meses se cumplirá el primer aniversario de la fatídica fecha del 21 de diciembre de 2012, en la que el antiguo calendario Maya parecía asignar el fin de los tiempos. Pero llegó la esperada fecha y el juicio final no ocurrió, celebrado por toda la humanidad y olvidando así la terrible profecía como si se hubiera tratado de una pesadilla. Pero muchos expertos alertaron que esa fecha simplemente marcaba un comienzo, el principio del fin de los tiempos.

El secreto de los monjes tibetanos
El memorándum resume una expedición al Tíbet; diez personas bajo la dirección de Yakov Blumkin fue enviada en 1925 al Tíbet en busca de artefactos de civilizaciones anteriores a la nuestra y la búsqueda de la Ciudad de los Dioses. En la actualidad, se ha escrito mucho sobre esta enigmática expedición, y ya no es un secreto que la expedición fue organizada por Félix Dzerzhinski (jefe del GPU) y dirigida por Boki Gleb, comunista encargado de investigar fenómenos paranormales. Según el documento, el principal objetivo de la expedición era demostrar la existencia de la Ciudad de los Dioses y conseguir las coordenadas geográficas de su ubicación, además de obtener la tecnología existente conocida por el tremendo poder destructivo. Como dato curioso, Hitler también envió expediciones secretas con el mismo objetivo que el Imperio Ruso.
Las profecias de los monjes tibetanos Las profecías de los monjes tibetanos  
El documento señala una orden de detención contra Thupten Gyatso (Dalai Lama XIII) firmada por Dzerzhinsky. Pero sorprendentemente, el líder espiritual budista aceptó como invitado a Bliumkin, sin embargo, el jefe de seguridad no olvidó ni por un momento su peculiar misión. Bliumkin negoció con el Dalai Lama el poder acceder a las estructuras subterráneas bajo el Palacio de Potala, que según los monjes, la Ciudad de los Dioses contenía un mecanismo maravilloso. Blyumkin fue acompañado por trece monjes en enero 1926, donde finalmente llegó a una cueva misteriosa. El documento describe con gran detalle como accedieron a una cadena de laberintos subterráneos por un complejo sistema de esclusas. De las salas secretas, los monjes tibetanos solo les mostraron dos. Una de ellas contenía una especie de máquina que los monjes la llamaban “Vajra”. Era una enorme pinza, que según los monjes, apareció en los túneles subterráneos hacia 8 o 10 mil años antes de Cristo. La misteriosa máquina evaporaba el oro a una temperatura cerca de los 7000 grados. Visualmente, según los monjes, el proceso era el siguiente: el oro se convertía en un polvo. Este polvo era añadido a la comida y la bebida de las antiguas civilizaciones, extendiendo así su vida por cientos de años. Este mismo polvo los antiguos habitantes lo utilizaban también en los enormes bloques de piedra, sin embargo, la civilización no sobrevivió. Según Bliumkin, los monjes le dijeron que los pasillos subterráneos ocultaban artefactos de todas las civilizaciones anteriores de la Tierra. Cada civilización moría como consecuencia de una catástrofe natural global, causado por el paso de algunos de los planetas alrededor del Sol, tan grandes como tres veces el tamaño de la Tierra y, en consecuencia, atrayendo una gran cantidad de calor y agua en su superficie. La frecuencia de paso del planeta a través del sistema solar era, en palabras de los monjes, cada 3600 años. Cualquier persona que esté un poco interesado en la historia alternativa de la Tierra, le queda claro que los monjes estaban hablando del planeta conocido como Nibiru.

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