Los primeros
astrónomos en enfocar un telescopio hacía Saturno: Galileo, Riccioli,
Fontana, Hevelius...se sintieron desconcertados por los cambios de
aspecto de este lejano planeta, de año en año parecía cambiar.
Especialmente confuso se sintió Galileo cuando vio como cambiaba el
aspecto de Saturno, un pequeño disco con dos discos más pequeños, uno a
cada lado del planeta, que de año en añó cambiaban de tamaño y en ocasiones
desaparecían. Estos son los dibujos que hicieron estos primeros
astrónomos que vieron Saturno con sus primitivos telescopios.
A simple vista
Saturno parece un astro relativamente modesto, esta al doble de
distancia del Sol que Júpiter, a alrededor de 1.400 millones de km, por
lo que recibe cuatro veces menos luz solar que este y además su tamaño
es algo menor. Los otros cuatro planetas visibles fácilmente a simple
vista le superan mucho en brillo y hay varias estrellas que vemos más
brillantes que Saturno, aunque por poco que nos fijemos no lo
confundiremos con una estrella, no parpadea como estas. Sin embargo esta
supuesta modestia se desvanece en cuanto lo enfocamos con un
telescopio, por poco potente que sea nuestro instrumento de observación
nos quedaremos maravillados por sus anillos, un espectáculo único. Los
otros planetas gigantes: Júpiter, Urano y Neptuno, también tienen
anillos de materia a su alrededor, pero son una minucia, solo visibles
con las sondas espaciales, en cambió los anillos de Saturno pueden
observarse con los más pequeños telescopios. Los vi por primera vez con
un modesto telescopio refractor terrestre de 60 mm de diámetro provisto
de un ocular zoom de 20-60 aumentos, regalo de mis padres, hace casi
cuarenta años, una imagen que jamás se me olvidará. Con telescopios algo
más potentes podemos disfrutar de una magnífica vista de Saturno y sus
anillos, tal como muestra este dibujo obra de un astrónomo amateur
húngaro, Tamas Szklenar, con un modesto refractor de 102 mm de diámetro,
puede observarse la principal división de los anillos, la división de
Cassini, entre los anillos A y B y algunos rasgos atmosféricos.
Pues, como en todo, amigos, hay quien admite que la extensión de los anillos de Saturno equivalen al trabajo de ciertas maquinarias que sacan del interior del planeta todo ese material de tierra y escombro. ¿Verdad, mentira? En el mundo que vivimos todo parece real y tal vez, no lo sea. Lo que nadie me puede rebatir es la belleza, la extrema belleza del espacio que habitamos. Lo pobre es, tenerlo ahí, y no poderlo disfrutar. Ésto solo corresponde a quienes tienen la suerte de haber escogido ese trabajo: mirar a las estrellas. ¡Dichosos, Ellos!
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