alucina vecina

La ciudadana Carmena ha autorizado el día sin bañador en las piscinas municipales. Un buen argumento para que el agua se ponga más calentita, expresamente, en verano. Sin duda más de uno tendrá que salir y entrar al agua con demasiada frecuencia y más..., aquellos que del pueblo se desplacen a Madrid para ver lo que antes se veía en Francia. Y es que no hay mejor cosa que atraer a un público carente de pelis porno en los mejores cines de verano. Así, de este modo, aquellos que sean unos bisexuales, anal-fabetos, anal-diplomados, gays, lesbianas, transexuales y pedófilos eclesiales, se citen en las piscinas municipales del país para atraer a todo ese tipo de gente indecente y putiférica y putiferina. Es evidente que en las administraciones públicas hay poco trabajo que ejercitar. Se pasan el día pensando en qué pueden dar el bombazo más bajo y rastrero del año. Carmena, tiene todo el tiempo del mundo a pensar en llenar la Ciudad de ceniceros y las piscinas de putos, maricas, tortilleros/ras y pedófilos. Es muy posible que vengan todos los pedófilos del mundo a bañarse en las piscinas españolas. Ahora, eso sí, mientras se dejen muchos euros... todo va bien. Me pregunto cuántas madres tendrán el placer de llevar a sus hijos pequeños a esos antros de prostitución infantil en que ha convertido Carmena las piscinas municipales. Cuántos viejos necios y aburridos no se harán una pajilla a costa de algún niño o niña que juegue infantilmente en los aledaños de semejante alimaña. Pero eso qué más da. Mientras se llenen las cestas de caridad en la entrada que algo, sin duda, llegará a la iglesia parroquial. Ahora es cuando creo que el demonio existe. Quiero llevar la contraria al Papa cuando dice que el demonio no existe. No existirá, como Dios, en cuerpo presente, pero lo que se dice en la mente... vaya si existe. Y doblemente en la mente del Papa y en la de Carmena. ¡Bienvenidos al mundo gay que quieren implantar en la Tierra! Nos vamos pareciendo a Sodoma y Gomorra a quien Dios, católicos-cristiano, mandó destruir con una bomba atómica. ¿Será eso lo que pretendan con el tiempo? ¿Parecernos a Sodoma y Gomorra y castigarnos -vía papado-, con una bomba H? Así todo se volvería a planificar en la mente de Dios diablo.