¡Hostia Tú! Ahora resulta que el tito Obama nos va a cerrar el año 2016 con una de platillos volantes y no, de restaurante. Va a ser todo un escándalo planetario porque va a ser el primero en decidirse a decir semejante patraña. Estados Unidos, como siempre, a la vanguardia de las noticias. Son los primeros en todo y en no llegan a nada. el 16 de julio de 1969 salió de la tierra el Apolo 11, llegando a la Luna el día 20. Desde allí, supuestamente, por todos los chorros de tinta que han emborronado folios, nos dijeros que había de todo. Platillos a parar un tren. Unas construcciones de lo más, y todo para guardar el secreto; un secreto a voces. Todo aquél que era susceptible de decir algo referente a la visión o encontronazo con seres extra se le sometía a un régimen de hostias, lavado de cerebro, bendiciones varias de la curia, y se le soltaba a la calle convertido en zombi. Ahora resulta que, nuestro Tito, se va a convertir en esa garganta profunda -que la tiene-, en ese vocero mayor planetario. El tema está, en que, ya, nos tiene a bajar de un burro. Nerviosos perdidos. Todos los ufólogos estamos a partir un piñón con el Tito, -ahora-, porque antes le odiábamos a muerte por no decirnos nada de los secretos que viven y anidan en el área 51. Y sin más, se va descubrir todo el pastel y nos van a presentar al bichejo que le sirve a Obama de guardaespaldas, que no es ni más ni menos que un extraterrestre camuflado. ¿No os suena a chamusquina este despliegue de medios a la hora de difundir lo que otros han dado la vida, el físico, familia, trabajo? Algo se guarda la era Obama para comunicar todo este enjambre de idioteces. ¿Ya no les basta tener a todo el planeta en guerra que quiere sacar extranjeros como diana de nuestros disparos? Y es que la guerra de las galaxias está preparada contra esos desvergonzados visitantes que están, pero no se dejan coger. ¡Oh, sí! Ya hemos dicho que el Tito tiene un guardaespaldas moderno.
Esta vendría a ser una mujer visitante. Rostro cetrino, carente de pelo, ojos azules y profundos y con una piel que parece la capa de pintura que le han dado al dragón del Museo del príncipe Felipe en Valencia. Es fácil que nadie la confunda con el resto de los mortales, a excepción, claro, de la belleza de lo nuevo.
Total, amigos, que no solo tenemos que abrir las puertas de todos los yihadistas-islamistas que vienen de Turquía, Siria, etc. sino que tenemos que hacer hueco a los que vienen de arriba. ¿Será que están arriba, como nosotros aquí abajo, y han pedido asilo político?Esto de la globalización es la polla.
fijaros como la evolución ha pasado, también, por los caretos de los extraterrestres. Si la niña de arriba fuera o fuese su hija, el padre tiene el careto de los nacidos en pueblos terrícolas antes de los 60. Mucho ojo con pedirle la mano de la niña sin antes conocer sus costumbres religiosas. No vayan a cortarle la mano para satisfacer el ruego del pretendiente. Y, sobre todo, cuidadín con meterla en cualquier lugar sin antes haber hecho una introspección del lugar a ocupar: no vaya a tener dientes caníbales.
Esta vendría a ser una mujer visitante. Rostro cetrino, carente de pelo, ojos azules y profundos y con una piel que parece la capa de pintura que le han dado al dragón del Museo del príncipe Felipe en Valencia. Es fácil que nadie la confunda con el resto de los mortales, a excepción, claro, de la belleza de lo nuevo.
Total, amigos, que no solo tenemos que abrir las puertas de todos los yihadistas-islamistas que vienen de Turquía, Siria, etc. sino que tenemos que hacer hueco a los que vienen de arriba. ¿Será que están arriba, como nosotros aquí abajo, y han pedido asilo político?Esto de la globalización es la polla.
fijaros como la evolución ha pasado, también, por los caretos de los extraterrestres. Si la niña de arriba fuera o fuese su hija, el padre tiene el careto de los nacidos en pueblos terrícolas antes de los 60. Mucho ojo con pedirle la mano de la niña sin antes conocer sus costumbres religiosas. No vayan a cortarle la mano para satisfacer el ruego del pretendiente. Y, sobre todo, cuidadín con meterla en cualquier lugar sin antes haber hecho una introspección del lugar a ocupar: no vaya a tener dientes caníbales.
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