Como he
dicho antes, la ideología LGBT es ya prácticamente una religión y las
fuerzas más oscuras saben cómo manejar sus hilos. La CIA, esa
organización criminal responsable de incontables golpes de Estado y
millones de muertes en todo el mundo , ha movido ficha hace tiempo con
el frente LGBT, al igual que las fundaciones de George Soros, el magnate
que financia revoluciones de “colores” en Europa y ONG’s golpistas en
todo el mundo. En la página web de la CIA, aviso para bobos
oficialnoicos que ya están rebuznando “conspiranoia” entre líneas, esta
organización se atribuye nada menos que la financiación de la
Conferencia anual de la LGBT, además de celebrar el día del Orgullo Gay a
través de la Red de Agencias Gay, Lesbianas, Bisexuales y transexuales
de EEUU asociados con el Centro de Reclutamiento de la CIA. Asímismo, la
Agencia norteamericana de espionaje ha dispuesto, incluso, de “stands”
en las celebraciones gays. Todo ello “como parte de los esfuerzos continuos de la CIA para promover la diversidad y la inclusión”,
según reza en su página web. El FBI, igualmente, está detrás del apoyo a
la LGBT. Si no les conociéramos…a semejante caterva de criminales.
George Soros,
el conocido delincuente internacional, es otro abnegado y vívido
defensor de la multinacional LGBT en todo el mundo. Su fundación Open
Society puso en marcha, en otoño de 2006, un
proyecto de investigación para el acceso a la atención sanitaria para
las personas lesbianas, gays, bisexuales y personas transgénero (LGBT)
en Kirguistán. ¿Qué se le había perdido a este
sinvergüenza plutócrata a sueldo de la CIA en un lugar tan alejado como
es el minúsculo país asiático y, muy posible, fuertemente
tradicionalista en materia sexual? Una república ex soviética, en el
área de influencia de la OTAN, como elemento desestabilizador utilizando
al colectivo LGBT de Kirguistán que ni debe existir en los cromos,
pero…si no hay LGBT o son testimoniales se inventarán e impulsarán como
elemento dinamizador anti-ruso y de fragmentación socio-política.
Nada nuevo…y
Rusia en el horizonte de sucesos. La nación rusa, fuertemente guardiana
de sus tradiciones, no es muy favorable hacia la homosexualidad y otras
manifestaciones de elección sexual diferentes de la heterosexual. Por
lo que abrir la “diversidad” en esa región, bajo el mecenazgo de EEUU,
resulta un factor geopolítico de mucha importancia para Washington, más
de la que parece, puesto que la LGBT supone una excelente arma
arrojadiza (aunque sea publicitaria) contra Rusia, como ha sucedido con
las FEMEN (las famosas y patéticas alborotadoras “feministas”
manufacturadas por Soros) y las Pussy Riot (grupo musical de baratija
financiado por ONG’s de la CIA cuyo “mérito” más relevante ha sido
“cagarse públicamente en la iglesia ortodoxa rusa”…aunque yo no les he
visto nunca entrar en una sinagoga o en el corral del Vaticano).
La campaña
contra Rusia a propósito de las “leyes anti-homosexualidad” de aquel
país y otros proyectos de penalización contra el colectivo LGBT
promovidas…¿paradójicamente? por sectores comunistas (el PCFR de Gennady Zhiuganov)
es otra piedra de toque angular que da réditos a los globalistas (véase
Eurovisión con el/la mamarracho Conchita Wurst, idolatrado por el
colectivo LGBT). En Grecia, también el KKE (Partido Comunista) ha dicho
claramente que “la orientación sexual es un asunto privado”. ¿Se le puede demonizar por ello?
La
propaganda de los medios CIA-progres y de la extrema derecha neoliberal
contra Rusia (u otros países enemigos clásicos del imperialismo como
Irán o Corea del Norte), a cuenta de la “represión de la homosexualidad”
forma parte de una misma directiva desestabilizadora. No suelen
acordarse mucho, salvo de forma ocasional o pintoresca, de exquisitas democracias
como Arabia Saudita, Marruecos y otros regímenes feudales similares
como Afganistán, aliados nuestros, que persiguen hasta la muerte a
opositores (homosexuales, pero mucho más a los que no lo son), sólo por
criticar al sultán de turno.
La discusión
acerca de la actual ola de homosexualidad y otras tendencias sexuales
es objeto de múltiples controversias en muchos ámbitos, incluido el
científico, donde la búsqueda de diferencias genéticas o estructurales
entre las personas homosexuales y las heterosexuales está abierta. Lo
que uno se pregunta es si la normalización de la elección no
heterosexual, vía legislación, justifica la actual vorágine de
victimización y anti-heterosexualización reinante.
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