sábado, 24 de mayo de 2014

qué sepáis

ésto no es como la Semana Santa, en la que por comer carne y no pecar, se pagaba una cierta cantidad y el Señor hacía vista sorda, aunque agudizara los oídos.
El Papa Francisco, disgustado en su silla (© Rex)Pues no señor, el que ahora se ha enfadado no es el de arriba, sino su acólito en la Tierra. Y se ha llevado la mano a la cabeza al saber que algunos de los asistentes a las canonizaciones de Juan Pablo II y el Papa Juan XXIII, se han puesto hasta el culo de comer mientras otros, bajo el balcón del Papa, se comían los mocos.
Francisco lo ha dicho por activa y por pasiva, y se está cabreando: lo sepáis. Se está cabreando porque la Iglesia es para los pobres, aunque no vayan a vender nada del Vaticano ni hacer público lo de la banca, para ellos. Lo que no sabemos la gente es, que los argentinos -por naturaleza- son muy jodidos cuando no se cumplen a rajatabla los mandatos dignatarios; y si no que se lo pregunten a la Kirchner. Y de esta guisa se quiere enterar de quién ha salido la idea de la comilona, porque él ya sabe el costó de las viandas y el vino, que al parecer, llegó a los 20.000 euros italianos, que vienen a ser 20.000 euros comunitarios. Franc, lo lleva mal, muy mal, y es que nadie le hace caso cuando dice que las viandas -a partir de ahora- se tienen que repartir entre los pobres, y lo que no sabe Franc es, que los políticos, los mafiosos y los empresarios: que los hay políticos y mafiosos, no están por la labor ni el deseo de repartir sus haberes entre el pueblo; tampoco lo está la curia. Y en este rifirafe se encuentra el Vaticano con la cosas de comer y es que, el Papa se lleva un tanto por ciento de los gastos y propinas que se sacan cuando se hacen reuniones santorales del calado de una o dos canoniaciones, como en este caso. También se lleva una modesta comisión de los chulos de puta, dada que estos días se disparan las masturbaciones y el ocio conejil. Mucho visitante a las fiestas santorales da para mucho en los lupanares italianos, y no digamos en los puticlub españoles, cuando toca algún evento en nuestro territorio.
No sé, y creo que no, si existe mucha limpieza en las católicas que ejercen en la calle y en los club, porque lo curioso es que nada más traerlas de cualquier parte del mundo donde nos dicen se dispara los índices de enfermedades, se ponen a trabajar el primer día de llegada. Debemos ser muy duros corporalmente, para que no hayamos caído enfermos desde el cono sur de África, hasta el norte del sur de Estados Unidos. El Ébola, Dengue y dios sabe cuantos bichitos más andan sueltos, y las putas descarriás. ¡Vaya por Dios!

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