lo demuestra la visita de las autoridades peperas en el funeral de Isabel Carrascos, presidenta del PP, en León. Esto les llena de orgullo y satisfacción presidir semejantes eventos expuestos a las y los observatorios de la comunidad televisiva, prensa escrita y medios de comunicación en general, contando con los ojos vista de los ciudadanos de a pie. Con qué pesar nos los demuestran las fotos en prensa: cabezas caídas, ojos cerrados, trajes impecablemente colocados en esas perchas que se usan los de la gaviota. Lo curioso de todo es, que han presenciado el entierro de una pepera pero no presencian el entierro o el grito de socorro, que diariamente, dirigen los ciudadanos a estos impresentables políticos. Allí se han visto las caras y lágrimas los del PP y los del SOE, unidos en franternidad Opus Dei de la muerta pepera, pero no a la hora de sacar a España de las miserias en las que nos han metido. ¡Qué hermoso porvenir nos espera con estos cara catres! Y ya sabiéndonos conocidos, nos amenazan día sí y otro también, con meternos en la cárcel si llegamos a decir algo más de lo comunicados por ellos a sus dirarios vespertinos y pagados. ¡Qué honra nos demuestran estos miserables de la política! Estoy ilusionado de verles a todos metidos en estas lides sociales: tú me acompañas en los caídos míos, yo en los asesinados tuyos. De esta dorma nos adornamos los penachos, nos compramos trajes nuevos, y paseamos nuestras consignas políticas por toda la geografía española. ¡Qué ejemplo de saber hacer y saber estar!, menos en la manufactura España: arruinada, vilipendiada y defecada por Europa y por todos los países del mundo mundial, gracias a estas caras de recogimiento y reconocimiento patrio.
¡Iros a mamarla capullos!
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