de decir burradas cuando suceden cosas como el asesinato de León. Sin embargo me apresuro a decir que si hubieran más armas en la calle, seguro más de uno las utilizaría contra quienes, en un arranque de inutilidad política, se hacen los dueños del cotarro. Y es que cuando la gente se cabrea se toman medidas fuera de lo normal. ¿Qué es cabrearse? Cabrearse es aquel gesto interno de ver como mi casa no tiene dónde rascar un poco de pan para comer, y los mangantes políticos se lo llevan a sacos. Es normal, y lo veo así, que la gente exteriorice sus sentimientos y pensamientos; y serán de esta índole en la medida que Europa nos apriete los cinturones, cosa en la que también están metidos nuestros políticos de mierda.
Lo primero que me ha venido a la cabeza es preguntarme de dónde sacan esas dos mujeres el arma necesaria para tal aberración, y en seguida nos damos cuenta que el marido de una de ellas es o era, inspector jefe de la Policía Nacional de Astorga, León.
Ahora, ante estos hechos, me tengo que preguntar, ¿el marido pensará igual ahora, que cuando apalean a la gente reclamando sus derechos? ¿Son estos derechos los que debemos concedernos a base de las armas? Espero que esa caterva de chulos de peto y casco, porra y pistola, a la altura de sus partes pudentas, se pongan, como así han llegado a decir, en apoyo de la ciudadanía, a la cual pertenecen. ¿O se van a dar cuenta ahora, después del suceso, del lado al que deben defender?
No obstante, la clase política lleva sus derroteros hasta el más allá de la imbecilidad. Con suma cortesía nos están diciendo que para uno de ellos (funcionario público: no te lo pierdas) se conceden tres días de luto, para una individua que, posiblemente, no debiera estar o ejercer, de presidenta de la Diputación. ¡Pero claro, es del PP!, aunque seguro el PSOE haría lo mismo por una de ellos.
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