y para ello nadie mejor que el papa Francisco.
Ayer, concretamente, nos ilustraba un cristiano de misa diaria y asistente a simposium clericales, que el Antiguo Testamento hay que borrarlo de la historia de la Iglesia. Esto lo ha dicho uno de los que reparten ostias todos los domingos y misas de guardar. Resulta que la vida y milagros del Dios de Moisés y sus andanzas peregrinas de 40 años por desiertos, cañadas, y demás zarandajas, es mentira. Es decir, que lo de las plagas, el salir del río, la vara mágica que obraba prodigios, el Arca de la Alianza, el fuego que les alumbraba de noche en la huída hacia la tierra prometida... en fín, toda aquella historia es mentira. Entra dentro de las fantasías de unos periodistas de entonces que quisieron dárselas de listos encumbrando el nombre de Dios, y hoy vemos que tampoco era para tanto, tantos elogios. Esto más o menos nos quieren meter los estudiosos de religiones, de la religión cristiana. Si todo esto es mentira ¿para qué estamos venerando la pose custodia de la ostia y la del papa Francisco? Ellos mismos se echan tierra encima cuando quieren desmentir o reescribir la historia, a memoria de hoy. Eso es lo que busca el santo patrón Franc, que las religiones se conviertan en una, sin grandes aspavientos, y que de lo escrito: aguas de borrajas. Sin embargo me sorprende que estén construyendo el nuevo Templo de Salomón, donde irá acoplada el Arca de la Alianza, encontrada, por fin. Y tiene que ser verdad que la han encontrado porque servirá para que dé energía a la caja edificada, cuyo mecanismo serviría como puerta de acceso a otros universos: un Stargate. ¿Será eso lo que quieren evitar sepamos con la movida del Arca y Moisés? Queda claro que a Moisés este año lo están sacando y metiendo, posicionándolo y quemándolo, como arconte de la serpiente.
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