Siria está enfrentando una guerra bárbara, cruel e implacable: 150
000 muertos, cientos de miles de heridos, millones de desplazados y de
refugiados (1 de cada 3 sirios se halla en una de esas dos últimas
situaciones), destrucción de casas, de escuelas, de hospitales, de
fábricas, de infraestructuras, saqueo del patrimonio arqueológico y
cultural. Los habitantes de Alepo están siendo sistemáticamente víctimas del hambre
y la sed que les imponen los rebeldes que los usan como rehenes y sus
padrinos turcos, igualmente promotores del saqueo y del robo a Siria de
fábricas enteras (trasladadas a Turquía) Los habitantes de Alepo
están siendo privados de agua potable, de electricidad, de alimentos, de
medicinas por capricho de sus «libertadores» sin que la famosa
«comunidad internacional» (que reúne a los europeos y estadounidenses
del Eje del Bien) diga ni una sola palabra –parece que está enteramente
dedicada a la búsqueda de las escolares secuestradas en Nigeria.
No se ha oído ni una palabra sobre Alepo salir de las bocas de las ONGs,
ni de la Cruz Roja, ni del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para
los Refugiados, ni de Navi Pillay (jefa del Alto Comisionado de la ONU
para los Derechos Humanos), ni del inefable Consejo de los Derechos
Humanos de la ONU, ni del plácido señor Ban [secretario general de la
ONU] y de los caciques del más obcecado «derecho humanitario» para
denunciar el bloqueo [instaurado alrededor de Alepo] con la complicidad
de los Estados que dicen ser grandes.
La oposición supuestamente pacífica, a la que aportan su respaldo
nuestros dirigentes [occidentales y franceses] y sus amigos islamistas
de Turquía, de Arabia Saudita y Qatar, logró por mucho tiempo mantener
una ilusión y disimular su enorme responsabilidad en ese balance.
Francia, que ya participó activamente en el desmantelamiento de Libia,
no puede seguir siendo cómplice de Estados Unidos en la destrucción de Siria, no puede
seguir respaldando en Siria a los terroristas que dice combatir en
África, no puede perseguir al Boko Haram en Nigeria e ignorar el
martirio que sus amigos yihadistas infligen a la ciudad siria de Alepo.
Esta esquizofrenia es simplemente indecente.
Estados Unidos se ve imposibilitado a seguir viviendo de la forma en que lo está haciendo en estos momentos. No puede seguir viviendo del control mundial, y manteniendo al mundo bajo el hacha del verdugo. Estados Unidos no puede doblegar las voluntades humanas a base de pagar actos criminales en todos aquellos países que le niegan su imposición política.
Siria es uno más de los asuntos que EEUU lleva entre manos, como lleva lo de Ucrania. Aquí pretende que Rusia se doblegue, a costa de lo que pueda pasar en Ucrania que sería una copia de Siria. os Al Qaida, los yihaidistas, se están yendo a Ucrania a destruir el país, «Los muchachos de “Frente al Nusra”», sucursal de Al Qaida en la región,
«están haciendo un buen trabajo», según se atrevió a decir un ministro
(francés de Relaciones Exteriores) que quedará en los anales.
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