Margallo no tiene claro conforme se están desarrollando las cosas en la UE y en España. Margallo ha dicho que hay que reconstruir la Constitución. Al parecer, Margallo, ve algunas dudas sobre la Constitución y llama a la reforma. Pero curioso que llama a la reforma a los partidos políticos. Una reforma que les convenga a partir de estos momentos de euforia y energías jóvenes. Ahora sí, es conveniente reformar, para que de esa reforma se puedan ir a casa más agusto y sin nada, ni nadie, -juez Ruz-, que les pueda echar mano al cuello por sus desmanes rateriles. Estoy seguro que el Rey no tendrá nada en contra de restregar la Constitución con papel de lija, a ver si así: su hija y su yerno, salen airosos del trance al que se habían metido... y metido a más gente.
La Constitución, tal cual está, está muy bien para los españoles. Sólo hace falta que la respeten quienes tienen la obligación de claudicar ante sus obligaciones y deberes. No hay ni un aviso de cambio de Constitución para avalar al pueblo a tener mejores derechos y deberes. Por tanto, ¿para qué o quienes se tiene que tocar la Constitución?, sólo para dejar a los políticos y al Rey -aunque este ya lo está-, fuera de cualquier meollo: caso Bárcenas (PP), caso ERES (sindicatos), caso Mas y su separatismo, etcétera, etcétera.
No, hombre, no. La Constitución no debe tocarse; y si se hiciera sería para retocar aún más, las penas por las que los funcionarios públicos serían condenados por prevaricar; por falsificación de documentos públicos; por robo a las arcas del Estado; por incapacidad o desconocimiento, a gobernar un país; como de dar cuenta de todos los tejemanejes que se hacen con el dinero público. Yo me afirmo en que la Constitución, si la quieren corregir o manipular es, porque no les deporta todos los beneficios que intentan tener para los tiempos venideros. ¡A mamarla cabrones!
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