ha convocado este domingo 8 de octubre a todos los ciudadanos españoles que tuvieran a bien acudir contra la amnistía que pudiera practicar Sánchez a favor de Puigdemont, a cambio de los votos que, éste, le pudiera dar para la investidura a la presidencia de gobierno.
Según las autoridades catalanas, a la hora del recuento asistencial de personas por las calles y plazas, han sido un total de 50.000 españoles los que han acudido al llamado y, según Sociedad Civil, han asistido unos 300.000. Creo que es una cantidad suficiente para que las autoridades no vean la diferencia. Hay una mitad que sería más lógica de pronunciar que seis veces menos de lo contado. Es notorio que en estos casos hay unas cifras que nunca concuerdan. Hombre, <<no me lo mejores>>, pero, <<tampoco te quedes tan corto.>> En el término medio está la virtud.
El caso es que han dado el pelotazo, en medio de Barcelona, contra toda la cumbre ibero-española que forman Sánchez y Puigdemont.
Dos presidentes, en común, contra España y el castellano parlante.
Dos insurgentes contra la nación y sus ciudadanos.
Por menos, Palestina e Israel, están jugando a hacerse bajas el uno contra el otro. Y, en España, estamos aguantando a dos individuos con cero neuronas en sus cabezas.
Creo que, ambos, pretenden que los españoles nos zarcemos otra vez, en una guerra civil para reescribir la historia como los sociatas consideren escribirla. Seguro que serán los ganadores; otrora Franco les dio para el pelo en la pasada.
No creo que los españoles les sigamos la corriente hasta ese punto. Antes, creo, les pondríamos de patitas en una patera para que hicieran sus américas juntos.
¡Qué desgracia de paisanos tenemos en todas las naciones del mundo!
Disponemos de los gobernantes más enajenados del planeta. Y a toda esta gentuza es a la que dispensamos respeto, aprecio y cordura... Por favor, no nos dejemos engañar. Si nos dejamos engañar tendremos serios problemas de conducta en la sociedad. La misma sociedad salta hacia la igualdad con Palestina e Israel. La violencia. Mala consejera.
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