lunes, 16 de octubre de 2023

las intifadas

 al parecer las intifadas palestinas contra israelitas no tiene un fondo común si no es, el Nuevo Orden Mundial, que en España comenzará con la Agenda 2030. Estos dos movimientos convergen en uno solo que se podría denominar Seclorum. El religioso. Por lo que podríamos decir que entre palestinos e israelitas hay una guerra religiosa. No una guerra civil que podría tener fin en cualquier momento. No. Si no una guerra religiosa que podría durar años. Y, como en las guerras religiosas operan los más descerebrados del universo de los asesinos, drogados, y espanzurrados varios... pues tenemos lo que tenemos: Una guerra santa a la que el Papa indica terminar... pero... en fin que <<los unos por los otros y la casa sin barrer.>>
 Seamos sinceros con nosotros mismos. En la medida que al diablo lo encerraron en la Tierra y nosotros estamos en ella... es, porque somos de los ángeles caídos en trance de liberarnos de milles de millones de años en los que hemos estado dando tumbos por todos los puntos cardinales del planeta. Todos y cada uno de nosotros contenemos en nuestro interior la huella que nos encadena, de por siempre jamás, a este planeta. Y por mucho que nos sintamos mejores o peores que otros estamos jugando a ser diferentes por llamado divino. Todos, incluso nuestro demonio interior, estamos llamados a amar sí o sí.
Las guerras, en las pantallas visionarias, no son más que entretenimientos de estos pobres desgraciados que no vemos más allá de nuestras entendederas. Es verdad que disponemos de una sensación placentera con regusto a disgusto de las imágenes que vemos. Pero es solo circunstacial. Es meteórico. Dura lo que dura un chupachups en la puerta de un colegio.Y lo que le hacemos a nuestro hijo queda colapsado por lo que les hacen los demás a los suyos. Es impepinable que la muerte o asesinato de decenas de niños en estos lugares de supermercados de casquería... nos imponen un arrebato crónico que se cura con ver a los nuestros que no son aquellos. Y, en definitiva, los que realmente disfrutan... son los que las provocan y las mantienen porque su economía va en consonancia con la cantidad de muertes que se contabilizan. Un símil a lo que la pandemia debio ocasionar y no ocasionó para descrédito de los que la lanzaron. Que como bien dijo el doctor Fauci: <<Pensamos que serían más las bajas de las que hubo.>> Sin cortapisas. Y qué podemos pensar de este señoro. Pues que llevaba razón y se siente defraudado por ello. Por eso en Palestina y en Israel... el juego ha llegado a tal extremo que terminaremos todos enganchados a una guerra inútil como cruel y como religiosa. Espero que al Vaticano le toque algo de ello para que interceda por los humanos que Dios creó, y él representa.

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