miércoles, 4 de octubre de 2023

no es así

 
Para elegir a uno de los dos convocantes a la presidencia de gobierno, el rey lo único que puede hacer, en primer lugar, conocer cuál de los dos ha salido con mayoría de votos en las elecciones. En segundo, proponer la presidencia a quien reuna la mayoría de apoyos de las demás formaciones. Y, el rey, ha seguido esa línea de propuesta. Feijóo obtuvo maroría de votos pero no los suficientes para poder gobernar. Y, Sánchez, ha conseguido mayoría de votos de confianza de los demás partidos. Partidos como los bilduetarras, los separatistas catalanes, los separatistas galegos (BNG), y la chusma de Sumar.
Sin duda no estaría de más que Felipe pudiera elegir al candidato con mejor ética y moral; de la que sin suda carece Sánchez, pero... ahí está el meollo de la cuestión. La legalidad prohibe que el rey tome las medidas por propia iniciativa. Por lo que estaría incumpliendo el principio, y no puede llegar a hacerlo. Ni siquiera pensarlo. Por mucho que los españoles le estuviéramos agradecidos.
Lo realmente sorprendente es que el monarca no pueda tomar esa serie de decisiones contra quien atenta contra el Estado de Derecho y el monarca no pueda negarle la presidencia a Pedro por su contacto con partidos contrarios a la legalidad del territorio español. Es que es, si lo pensamos, un contrasentido que un presidente de una nación vaya contra la nación y sus habitantes. Sería como el presidente idiota que tira piedras a sus propio tejado para hacerle goteras.
Válgame san Rafael. En este caso Alsina...

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