lunes, 23 de octubre de 2023

ahora sí que sí.

 
como vemos en el vídeo una roca enorme cruzará los cielos y los astrónomos coinciden en que podría colisionar con la Tierra. En ese caso formaríamos parte de la legión de ángeles caídos de Satán. De ahí que le apoden el cometa Diablo. Y es que no salimos de una cuando tenemos otra encima: El Covid, la guerra Rusia-Ucrania, la guerra santa Palestina-Israel, asaltos a los vinos españoles por vinicultores franceses, las suegras y los cuñaos... Un sinvivir, oiga. Y, encima, Von Der Leyen no se entera, igual que le sucede a la zurda española, de que quienes se han mutilado el pie con un petardo lanzadera mal calculado, han sido los propios de Hamas. De ahí el dicho: tiene más peligro que abuela en vespino. Hay que ser inútil para escupir para arriba y que te caiga el esputo encima. Eso sólo le pasa a los intelectuales terroristas de Hamas. Ya podrían haberles dado clase de cómo lanzar misiles para que no les caigan en casa. Ni los más tontos son capaces de lanzar piedras sobre su propio tejado. Los de Hamas si son capaces. Y, encima, comentarlo por walkie talkie. Será que no hay nadie escuchando lo que sucede al otro lado del mundo...
Con toda esta cuestión me pregunto cómo es posible que gente con esta inteligencia de andar por casa les salga las cosas bien, al final. ¿Realmente tienen un ángel de la guarda que les cuida y les ayuda a razonar un poquito? No lo sé. Tal vez sus rezos son escuchados por Dios, aunque se encuentre de veraneo en Benidorm.
Cosa lamentable de decir es la contínua utilización de niños muertos para echarle la culpa al contrario. Que si tantos niños muertospor aquí, que si tantos niños muertos por allá... por favor dejaz de tomar a los niños como moneda de insulto cuando estamos en el siglo XXI y, todos, consentimos que continuen las guerras en cualquier parte del planeta. Todos somos responsables de esas matanzas, sean quienes sean y cuantos sean. Ya esta bien de insultar la inteligencia y ponerse manos a la obra frente a la muerte, y en favor de la vida. ¡Ya, carajo!

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