miércoles, 25 de octubre de 2023

nuestro gran hombre Marlaska

 quiere de España un país libre. Un país de hombres libres donde todo el mundo pueda ir y venir sin problemas y, si es posible, sin presencia policial. Que eso de la policía ya no se lleva. Tan es así el sistema druida de llamada... que los negros se están viniendo todos a España, a vivir de subvenciones del estado para que ni aquí trabajen ni lo hagan en sus países de origen. De este modo la economía de un país llamado España cae por su propio peso en bocas; y en el continente africano cae por lo contrario: por falta de mano de obra que pueda izar el continente. Todo un continente y una península en vías de hundimiento sin necesidad de iceberg.
¿Ve Marlaska algún problema en ello? 
Ninguno.
Los que lloran por las esquinas de los platós y las ondas de radio, son las fuerzas y cuerpos de seguridad que no tienen los medios necesarios para enfrentarse a todo mangurrino que viene desviado del cono sur africano. Amén de las posibles pandemias que pudieran traer.
Pero las fuerzas del estado no tienen por qué tener ningún miedo, ni problema puesto que, de seguir así, desaparecerán del presupuesto de seguridad.
Hombres de uniforme desarmados mientras que, los llegados, disponen de todo tipo de armamento para hacerse con el control de una parte del país de acogida. Tenemos barrios de grandes ciudades donde los policías no pueden..., ni se atreven a entrar. A la vez que existe un tráfico de armas sin parangón.
Los policías han renunciado a las necesidades de los ciudadanos que viven en esos barrios. Han tirado la toalla y puesto a disposición del político de turno, la voluntad de decidir qué hacer en esos casos. 
El político mira para otro lado para que no le llamen racista. Y el policía mira para el otro lado del político, para no encontrarse con la mirada y una orden de descarga. A un policía se le paga para que defienda los intereses de los ciudadanos... pero no se le paga para que dé su vida por una ordenanza que está fuera de toda Norma.
Total;
tenemos en España un total de inmigrantes con más capacidad de enfrentamiento de lo que puedan ocasionar los ciudadanos de origen. 
Las Islas Canarias se han visto desbordadas con más cayucos que naves en el desembarco de Normandía. Y, para más inri, les importan a la península y les dejan a su libre albedrío y condición.
Realmente, Marlaska, se está luciendo en su cargo de Ministro de Interior. Todo un ejemplo contrario al que pudiera venir en su dimisión. Porque, señores, Marlaska debería dimitir, así, como todo el gobierno zurdo, en pleno.
No hay Dios que pueda comprender la gobernabilidad de estos zurdos de mierda. Con la complicidad de la derechona cobarde. ¡Así nos va!

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