viernes, 1 de septiembre de 2023

viendo como el caso Rubiales

 se va desarrollando... hemos de proteger la integridad de Rubiales por la masiva manifestación de agresiones por parte de mujeres que se están sumando contra el pavo. Tan es así que, a la Jenny, la van a dedicar un centro deportivo con el nombre de Jennyfer Hermoso. En Carabanchel. Si siguen así, los zurdos, van a tener que dedicar un puticlub con el nombre de Tito Berni, un club de fans y colegio electoral con el nombre de Chapote... Va a ser todo un lujo de detalles a tener en cuenta de que, todas esas dedicatorias, son lo mejor de lo mejor de la siniestra, de la zurda, del socialcomunismo.
Realmente España está cambiando con todas estas luciérnagas que acuden al  nocturno alumbrado del ministerio de Igualdad. En mentes de tan insignes mujeres que han saltado a la política y otros ministeriales para hacer reir a todo el resto del mundo mundial. 
Una representación de la Choni, de la chichi, de la cuchi, de la cuqui, de la muchachita, de la joven... que más quisieran ellas estar escuchando estos piropos en la realidad. Imaginaciones implantadas por Irene Monterito, para romper todo lo que caiga en manos de las ilustradas. Pero..., ¿qué podemos esperar de las que tienen la mente como un erial? ¿Quién las iba a decir a las modernas mujeres de la bayeta, -(el alcalde de albondón, Granada, del psoe, regala licor a los hombres y mayetas a las mujeres, en la fiesta del pueblo)-; que pasarían a ser famosas despotricando contra todo el que se menee? 
¡Qué gran despertar de las féminas que se agrupan para vociferar cuando no saben a quién ni por qué! Eso nos dá una idea de lo integradas que están las mujeres que ves en una manifestación conjuntamente con la Yoni, la Chochi, la Jenny, hablando de lo malos que son los hombres. Y, no, de lo mentirosas que son las mujeres. Claro.
Pues nada;
bienvenidos a todos los hombres que quieran tener problemas inmediatos con las féminas. Se dejarán querer, de primeras, para después acudir al juzgado en presencia de las testigos de algo que no ha sucedido. Y la justicia, de parte, de ese globalizado mundo de la Igualdad que no escatima esfuerzos para condenar a un inocente. 
¡Qué porquería!
A esto han llegado gracias a las movilizaciones que decía, Cristina Almeida, habían hecho las mujeres en todo tiempo y forma. Menudo resultado, Cristina.

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