Estoy seguro que al monarca marroquí no le ha afectado el hundimiento de la mayor parte de sus monumentos y edificios. Seguro que estaba en Francia, país inseguro, por culpa de los marroquíes.
No ha mucho ví un vídeo en Internet donde mostraban la argamasa con la que construían la mayor parte de los edificios en varios parte de Marruecos. Con arena de playa. Arena de playa y cemento. Llegaban con los camiones y cargaban la arena, de las dunas, para transportarla a los edificios en construcción. Una construcción que estaba prohibida por las autoridades (a saber cuales) a saber que la arena de playa no es buena para mezclar con el cemento por la cantidad de sal que lleva en su composición. De momento la argamasa se consolida... pero con el tiempo la sal hace de cemento aluminoso. Un cemento que se utilizó en Valencia, y que se degradaba por abuso de agua. Mientras que, el cemento normal, toma cuerpo con el agua, llegando a degradarse a los 100 años.
Total;
los edificios levantados en partes de Marruecos están construídos con esa masa de arena de playa y cemento. Y, si con esta mezcla los edificios se caen... imaginar no es necesario si les pasa un terremoto como el que han padecido. Y, como es normal, esos edificios son los que ocupan la gente normal que no se puede comprar otra edificación más resistente.
Si usted pregunta a un marroquí en qué invierte su monarca el dinero... le dirá que en palacetes y otras casas de guardar. Palacetes en casi todos los montículos en los que al marahá le venga bien mirar, por encima del hombro, a sus ciudadanos.
O, en grandes edificios cerca de la playa, donde todo el mundo tiene prohibido edificar menos el muchacho marahá. Y, todos aquellos que le han servido como los presidentes españoles de la casta zurda. Uno muy nombrado fue González, lacayo de papá del monarca Mohamed. Del actual.
Y, como vemos, el presi comatoso, de Sánchez, lleva el mismo camino que González, en la pleitesía marroquí. Dónde va a parar, comparativamente, el monarca español con el marroquí. Sin duda el marroquí.
¡Así nos va!
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