lo que no ha sido capaz de adaptarse al sistema propulsor de los aviones... viene a ser un complemento ideal para las edificaciones. Bien es verdad que en China muchos edificios disponen de un muelle de rectificación de terremotos. Pero lo que estamos viendo en la imagen es altamente significativo. Una nueva era de la construcción y del transporte ferroviario.
Adiós a los pilares externos que afean la belleza del diseño moderno a gran escala. Lo que en Francia se había ideado como un eje central con viviendas circulares a varias alturas... Aparece este sistema de imanes que se repelen entre sí.
Si no es ficción lo que estamos viendo... nos estamos acercando a un mundo donde los edificios dejarán de ser cajas de cerillas donde meter gente con calzador. Edificios con una apariencia de campo de concentración y arracimados individuos en cuartos cada vez más pequeños.
Ya iba siendo hora de que alguien pusiera la imaginación a pasear y se descubriera el mundo como edificios voladores con la fricción del aire al pasar.
¿Quién no quisiera seguir vivo cuando todo este ingente material de ideas se pongan en funcionamiento para un virtual planeta, allende la distancia espacial.
Ya solo queda que los aviones puedan utilizar la gravedad para navegar libres por el espacio sideral sin tener que frabricar más modelos aeroespaciales que no dejan de ser más chatarra para amontonar o tirar al mar.
Estamos dejando atrás la influencia que nuestros antepasados nos dejaron plasmado sobre la superficie de nuestro amado planeta. 20.000 años nos contemplan y ya iba siendo hora de que pusiéramos algo de nuestra parte para dejar en herencia nuestros descendientes.
Tal vez, en sucesivas reencarnaciones, nos podamos ver viviendo en estos edificios que se sustentan por el simple efecto del magnetismo. ¡Ojalá!
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