martes, 12 de septiembre de 2023

el buenismo de España

 no tiene nombre. Mientras nos desvivimos por auxiliar a los marroquíes el espantoso terremoto que ha asolado marruecos y matado a 2200 personas... Mohamed VI no se ha dignado aparecer por la zona por si un si acaso... Sigue los acontecimientos, de su país, desde un lugar privilegiado de Francia. Un país, éste, que le sirve de agujero para cuando tiene que salir pitando por algún caso de terrorismo, sismo, o terremoto. Todo un monarca valeroso dejando a sus ciudadanos al desamparo más álgido al que les puede dejar. Y, aquí, estamos nosotros para acudir ipso facto al lugar de los hechos porque su atezado personaje monárquico que ni va ni se le espera. Toda una experiencia religiosa de la mayor autoridad que puede tener un país. Al menos, nuestro monarca español, está a las duras y a las maduras, y da la cara cuando tiene que darla y no se ausenta a la menor señal de inmadurez craneal. Como hace el monarca marroquí. Vergüenza.
Pero son estas señales las que hacen que un político, monarca o sea quien sea se distinga del resto de los mortales. ¿Su asistencia inmediata en pro de los intereses que puede reclamarle su condición de responsabilidad? No. Eso es lo que le hace más progre delante de los demás políticos que tienen asignado el pasar, olímpicamente, de sus ciudadanos por

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