El Hospital Zendal

 ha abierto sus puertas a los enfermos de esclerosis laterial amiotrófica (ELA).

 

El gobierno de Sánchez se viene gastando, cada dos por tres, alrededor de 500 millones de euros para satisfacer  las demandas de Irenita para ella y sus muchachas. 

Todos sabemos que cuando uno tiene la capacidad de disponer de pasta gansa, siempre hay un mogollón de gente, alrededor, que tiene ganas de sablear. Esos amigos íntimos... hasta que la pasta se acaba. 

Pero para los enfermos de ELA no hay amigos íntimos, ni siquiera conocidos. Están desamparados de la sociedad por falta de ayudas hospitalarias. Con lo poco que le costaría a Irenita dar cien millones a los enfermos, en vez de dárselos a Pam para que engorde. Yo creo que a Irenita le viene bien que Pam engorde... para que ella se distinga cuando van juntas. Por eso las delgadas, siempre están a favor de las gordas... por su interés en ser las prendas que se distinguen en el escaparate. Pero las gorditas no se dan cuenta por su interés en comer antes de que se extinga la humanidad. Como si no hubiera un mañana.

Tuve la esperanza de que el PP, con Feijóo a la cabeza, pudieran dar por finalizado el ministerio de Igualdad. Pues no. El PP se ha convertido en un psoe sin ánimo de gobernar. Un PP en proceso de reciclaje socialista... para que Sánchez siga navegando -en Falcon- por el ancho espacio sideral.

Vaya  dos energúmenos que nos han llegado desde Galicia: Feijóo y la Tucán. Alias Yoli.

Si Feijóo es un farsante de la política en Galicia..., La Tucán es un maniquí andante de la alta costura parisina... de la que dejará de usar la reina Leticia por haber sido copiada por Yoli. <<Si quieres terminar con la monarquía... solo tienes que intentar vestir como ellos>>.

 Pues bien. 

Llegados a este punto la presidenta de Madrid, Ayuso, ha dotado a la mitad del Zendal con recursos para los enfermos de ELA. Hay quien dice que para 400 enfermos y otros, si, para 40. Al menos hay alguien que se ha acordado de que esa enfermedad existe y gente que la padece.De este modo MeMa (médica y madre) dejará de tener pesadillas y de preguntarse para qué se construyó el Zeldal. Cuyo coste fue de 100 millones, contra los 500 de Irenita. 

Ahora vas y la cascas.