lunes, 18 de septiembre de 2023

mi ídolo. mi maestro

Kim  Jong Un ha sido siempre ese otro lado oscuro, el Darth Vader, del armamento caducado. El que no tiene para dar de comer a sus ciudadanos... pero no le importa fabricar armamento con el que lanzar a los cuatro vientos, caiga donde caiga, porque se le caduca en las lanzaderas. 
Estoy seguro que al primero con el que hablarán los ET, será con Kim, ese cerdito destinado a ser el próximo asado a la naranja. 
Pero no dejemos de lado al munstruo de las galletas Putin. Ese hombre por el que suspiran las mujeres... después de Sánchez, claro. Nuestro Sánchez está catalogado como el don Juan de los salones privados. La jet set sensual.

 

Cuanto más tiempo pasa más nos damos cuenta de que el cuento de los políticos ha pasado a ser... eso, un cuento. Una forma de correr el tiempo intentando decirnos lo bien que lo están haciendo en el elenco dictatorial mundial. Que el socialcomunismo nos lo están metiendo con calzador... no hay, ya, ninguna duda. Y, cualquiera que aparezca diciendo lo contrario, nos la intenta meter.
La política es similar a ese sable con doble filo. Cualquier filo que utilices te sirve para tus propios intereses. La chaqueta con doble forro del Corte Inglés. 
Mirar el semblante de los políticos mundiales es para echarse a temblar. Tienen, todos, ese ramalazo de psicópata de peli de los viernes. Ninguno, nadie, mejores escogidos para llevar a cabo la matanza de Texas.
Por favor;
dejemos de darles coba como si fueran un ejemplo a imitar. Ninguno tiene la capacidad craneal para hacer algo que merezca la pena valorar. ¿Que está ahí? Sí. Pero a costa de qué. De un sinfín de individuos que pierden su vida para facilitarles la suya. Es evidente que la ciudadanía mundial no cambia. Estamos aborregados y sujetos sumisos, al pesebre, y la pócima de la inutilidad. Así nos va.

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