Yoli, Madame Meteoro, ha puesto en el punto de mira a todos aquellos millonarios que han comprado un boleto o bonocohete Elon Musk, para largarse en cuento la Tierra empiece a bocanar, falta de lluvia, aire limpio, contaminación de las aguas y tonterías varias que utilizan sus señorías.
El cambio climático... -que tan bien les ha venido para justificar grandes partidas de dinero para tal fin- ...ha disparatado la mente de los ciudadanos del mundo en algo tan estúpido como lo dicho por la rayada ministra de Trabajo. Como hay tontos hasta almorzar y después todo el día... pues se creen cualquier chuminá que suelta cualquier idiota, con tal de ser parte de las idioteces que circulan diariamente. Vino uno con el cambio climático y todos los payasos del planeta comprarón la videncia. Que ha pasado a ser la visión de Paravichini. Ya no nos conformamos con las predicciones de los Testigos de Jehová... si no que recurrimos a los ministros para que nos den el parte de los acontecimientos más ridículos leídos en el horóscopo.
Todos sabemos que la Yoli debe tener contacto directo con entidades mágicas (meigas) que la ponen en la actualizan con los acontecimientos más importantes que se avecinan por parte de los más adinerados... Pero no hace falta que [ella] se haga la importante lanzándonos esas probabilidades, esas comunicaciones mediúmnicas.
Por favor,
estamos hasta los huevos de que nos estén diciendo tonterías un día sí y el otro también. Estamos hasta los cojones de que se dediquen a payasadas y no, a lo que nos conviene hacer para terminar con la migración discordante, la globalización decadente y peligrosa, y un sin fín de cosas que están en los tinteros políticos por poner en circulación.
Con todos los que sois, como representantes de los españoles, en los edificios estatales; y la cantidad de cosas que hay por hacer... y os dedicáis a mandarnos a la Tucán a darnos oficiosa noticia de que los ricos se están yendo a otro planeta, del metaverso, porque la Tierra se va a la mierda. Pues ponéos a trabajar y seguro que terminamos enderezando por enderezar y limpiando lo que sea necesario limpiar. Pero ¡ya!, carajo.
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