martes, 18 de febrero de 2020

Uff, que mal rollo...

las feminazis protectoras de Iglesias deben de estar fuera de control por el varapalo que le ha dado la justicia italiana, a la española Juana Rivas, por considerar extra planetario lo denunciado contra su esposo. 
Italia archiva todas las denuncias de Juana Rivas contra su expareja por "inverosímiles"
Ojiplásticos quedaron, aún, los jueces italianos, cuando oyeron las denuncias presentadas por Juana, contra el italiano de bien... Yo pensaba que los españoles éramos los únicos contra natura matrimonial y, por lo visto, los italianos nos siguen a la zaga. En Italia, también, se deben de dar casos como los aclamados por las feminazis y andan los jueces dando una de cal y otra de arena para no dejarse sorprender por el "Yo, también, soy Juana". Al carajo, Juana. Al carajo, feminazis. Todo tiene un principio de madurez y cuando cae nos damos cuenta del retroceso o fábula que había implícito en la contienda. Falsos clamores, en falsas denuncias. Y ello nos lleva a tomar las riendas de las denuncias, y evaluarlas atinadamente con rigor y no, por clamor. Si la cosa continúa así, las feminazis, tendrán que ganarse la vida en las plazas y rotondas. Casos de prostitución por los que denuncian al hombre como consumidor y que, por ello, hay putas. Tal vez, si no hubiera putas, no habría consumidores de sexo. Tal vez si no hubiera feminazis no tendríamos que pagar una partida presupuestaria para ver danzar en pelota a unas degeneradas del 33. Qué curioso que están contra el sexo y lo primero que hacen en las manifestaciones es enseñar las tetas y el cuelo. Por cierto, algunas deberían ir a ponérselas de silicona y otras, a izarlas cual bandera.
Juana: ahora vas y la cascas. Así aprenderás a no mentir a todo Dios.

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