viernes, 21 de febrero de 2020

Los Oltra

como los Clinton: pedófilos y carroñeros.
Cinco años de prisión para el marido de Oltra por abusar sexualmente de una menor. Y resulta, que, el día que tiene que estar en el asunto en Valencia, la encontramos en una charla sobre violencia de género en Madrid. Muy bonito. Precioso, -diría yo. Resulta que el marido de Oltra estuvo tiempo abusando de una menor de los pertenecientes a Papá Estado. Estos lugares donde los prostituyen y ganan favores de los políticos/as y, como en este caso, de Compromís. 
Conocedora de que su marido piruleaba con menores, tuvo la decencia de guardar las denuncias presentadas por la menor...: en un cajón de su escritorio durante cuatro a cinco meses. Dando larga a la menor porque para qué hacer caso de una menor sin familia o, con ella, desestructurada. Lo mejor era intentar que todo se olvidara y, ella y su marido, vivir como si su esposo no fuera un maltratador de menores, un abusón de menores, un agresor de mujeres, un violador de menores. Y la Oltra se va de chismes a Madrid (poniendo tierra por medio) para que nadie en Valencia, la tirara los trastos de ella y de su marido. Ambos cómplices de violación reiterada a una menor y no poner a disposición de un juzgado un hecho tácito delictivo.
En Valencia el marido de Oltra. En el Caso España el siniestro individuo que se esconde tras unas gafas de sol oscuras para que no se le vea la cara de abusador y mala persona. Este individuo, cuyo nombre salió en varios sitios por lo mismo, parece que tiene un aeropuerto cerca de Valencia para fines ¿...?, nos podemos imaginar para qué fines se utiliza un aeropuerto que no ha sido utilizado nunca. Estos son los aeropuertos que utilizan los pedófilos, los narcos para hacer desaparecer niños y hacer aparecer droga, a cambio de ellos. Y lo curioso es que siempre nos dan la razón cuando salen estas noticias en los medios: tenemos políticos corruptos, tenemos políticos siniestros, tenemos políticos locos, tenemos lo peor del género humano gobernando los países del mundo entero. Están todos de siquiatra y de presidio. Si queremos que el Estado no abuse de los niños del mundo, es conveniente hacernos cargo: mediante la justicia, mediante el sometimiento de los abusadores al individualismo colectivo y social. Oltra debe dimitir por no denunciar a su marido. El marido debe compartir celda con presos comunes y no separarles para que no les zumben. Que les zumben, carajo. Eso mismo debió pedir la niña cuando la estaba penetrando: quitarme este que me hace daño. ¿Qué hecho yo para no tener familia y encima me abusen? Eso lo tendría que pagar a base de hostia limpia y pollas de caballo. 
La premeditación y alevosía de esto es que eligen, escogen la víctima del victimario más abandonado y solitario de todos ellos o ellas. Sin escapatoria a sus cuidadores y abusadores y, encima, miedo a la denuncia por ser vos quien sois. Patético.

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