miércoles, 26 de febrero de 2020

ya llegó a Madrid

Castellón, Valencia, Tenerife... y no pasa nada. Es más, según algunos lumbreras la forma más sencilla de terminar con el coronavirus es lavándose las manos muy a menudo. Como si tuvieras una enfermedad mental y te diera por restregártelas hasta que la sangre mane de tus cánulas de tierra. Imagino que la gente que ha muerto es porque eran unos guarros y no se lavaban las mano; sabiendo esto estamos salvados. No hay que temer al coronavirus porque aún no sabemos si es el coronavirus el que ha producido esas muertes, o son los políticos de turno quienes la están provocando con sus míseras actuaciones de tramoyista. Que alguien intente justificar a los chinos poniendo de escusa que son muy majetes y que lo hecho no se ajusta a su visión del mundo... -perjudica seriamente la capacidad craneal de cualquiera. Un pueblo, el chino, que más aborregado no puede estar... y más  controlado... tampoco, se les consienta hacer experimentos como tornillería al uso..., -no es estar bien de la cabeza. Ahí los tenemos: haciendo hospitales de pladur a toda pastilla, para demostrar al mundo que son capaces de levantar un rascacielos al revés. De la repercusión del desplome se lavan las manos como Pilatos. Eso ha pasado con el coronavirus...: Demostrar a Estados Unidos que China es una gran potencia y que no es fácil atentar contra ella. El hecho estriba en una propagación infecciosa y con la repercusión de una desastrosa desaceleración -como está sucediendo- por culpa del coronavirus. El mismo efecto provocado por la bomba atómica contra Hiroshima y Nagasaki. Veamos quién es más subnormal de todos... si los chinos, los rusos, los americanos o los judíos. De momento tendrán que ajustarse los machos y procurar... -entre los cuatro Jinetes del Apocalipsis-: ...unir fuerzas y conocimiento para que la enfermedad no se propague más allá, de lo estrictamente necesario. Una guerra interna que veremos cómo son capaces de atajar: si enfriando políticas o uniendo fuerzas...
Tampoco, esta vez, es contra los extraterrestres contra los que vamos a luchar todos unidos; sino contra una enfermedad pandémica que puede dejar el mundo con colores distintos a los ya contemplados. Tendrán que ir soltando cuerda para poder hacer frente -todos a una- cualquier plaga, y romper las machadas mantenidas durante tantos lustros.
Acabo de ver que están probando con la cloroquina.
La enfermedad coronavirus 2019 (COVID-19) se está propagando rápidamente, y los científicos se esfuerzan por descubrir fármacos para su tratamiento eficaz en China. El fosfato de cloroquina, un viejo medicamento para el tratamiento de la malaria, ha demostrado tener eficacia aparente y seguridad aceptable contra la neumonía asociada a COVID-19 en ensayos clínicos multicéntricos realizados en China. Se recomienda incluir el medicamento en la próxima versión de las Directrices para la Prevención, Diagnóstico y Tratamiento de la Neumonía Causada por COVID-19 emitidas por la Comisión Nacional de Salud de la República Popular China para el tratamiento de la infección por COVID-19 en poblaciones más grandes en el futuro.
Palabras clave:
2019-nCoV; COVID-19; SARS-CoV-2; cloroquina; Neumonía

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