miércoles, 19 de junio de 2019

carta a la profesora asesina de niños

Ayer mandé una carta a Dios y hoy, me  voy a permitir mandar una carta a la profesora o maestra (dada la edad de la menor, 8 años), para aconsejarla que no tome muchas medidas como las que ha tomado con esa chiquilla. Más que nada porque si hubiera sido hija mía, la profe, no duraría mucho sobre el pavimento catalán ni, por supuesto, español. 
Si ellas actúan como putas de manual...; nosotros, los patriarcales, nos tenemos que tomar las ofensas con la misma ecuanimidad que esta payasa se porta con los niños. Espero, claro, que la madre de la niña, sea quien tome las medidas oportunas de esperarla en la puerta del colegio y arrastrarla por toda la calle como telegrama a los demás profes. Por si alguno, después de eso, le da por abalanzarse contra otro alumno. 
Luego, los hombres, el patriarcado, somos los culpables de que sangréis, pero parece ser que lo habéis hecho poco. Seguís teniendo la manía de que por tener una raja... sois la coña marinera. 
Una cosa es que tenga la imbécil una ideología de payasos. En eso no me meto. Pero que tampoco meta a los niño en sus ideologías por cojones o por ovarios. Porque eso no lo consentiría yo ni por todo el oro del mundo. O por estar en la cárcel por llevármela por delante. El coraje que me ocasiona el que una payasa se permita descargar su política contra los nanos, me subleva y encabrona lo suficiente. Tal vez, mitad y mitad, con lo que la cabrea a ella ver banderas de España, en la comunidad catalana. Yo como padre te sacaría a hostias de España, a tomar por el culo a la otra parte del planeta. Y que conste que va a llegar que os veáis muy mal si seguís manipulando para llevároslo crudo. El primero que caería sería el imbécil de Torra. Y poco a poco nos iríamos convirtiendo en catalanes españoles de pro. Con esa jartá de mamporros seguro que terminaríamos laxando el ambiente separatista e independentista. 
¡Cuidadín, cuidadín, profesores! No os salgáis del tiesto si no queréis mancharos con la tierra que contiene.
¡Será payasa, la muy...!

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