en el caos, muere en el aticismo.
El caos es el flujo y reflujo de los pensamientos de la mente al subconsciente, pasando por el consciente voluntario. El consciente involuntario o falta de atención consciente es el estado antinatural de los seres humanos. De aquí que creamos que somos otra cosa de lo que realmente somos. Por tanto, hay que desechar la idea en busca del ángel perdido o de la mónada inalcanzable. Si esta idea de carencia me pone en la tesitura de auto observarme es tanto como pensar que lo que busco ya lo tengo o ya lo soy. Ambas derivas son las cunetas del mismo camino. Si busco, me centro, me auto-observo y no prejuzgo...; si ya lo soy...: quedo en el mismo proceso de auto-observación. Un estado donde el pensamiento ha dejado de fluir. Dentro y fuera es el flujo y reflujo del aire al inspirar y espirar. Es una sensación de masa-fluido, fluido-masa. Fluido, fluido...
En la psique o subconsciente donde vivimos, nosotros seríamos los pensamientos que se manifiestan una y otra vez, hasta que la Unidad nos absorbe.
Nosotros hacemos lo mismo con nuestra individualidad:
disponemos de un subconsciente que acumula todo aquello que ve y siente en ciento ochenta grados. Este subconsciente sería parecido a nuestra casa, con todo aquello que hay dentro. Nosotros seríamos los hombres-pensamientos en la Unidad psíquica del planeta; nuestros pensamientos son la barrendera de nuestro subconsciente. Si nuestro subconsciente fuera al ciento por ciento consciente, ¿nos podríamos definir como dioses?
Ojo: el subconsciente es consciente en la medida que contiene todo el poder de la energía que absorbe; pero no está subyugada por la voluntad de atención.
Es decir
En la medida que miramos el ojo humano controla toda la panorámica de ciento ochenta grados. Todo ello, como un aspirador, se acumula en el subconsciente que a su vez necesita ir limpiándose a medida que va llenándose. Los pensamientos serían la barrendera del subconsciente que pasa por el consciente mental o estados mental consciente del individuo. Este estado de atención consigue absorber la energía con que la viene cargado ese pensamiento y a mayor tiempo de atención más nos cargamos de la energía acumulada en el subconsciente. A mayor capacidad de atención el subconsciente se vacía con más premura y el consciente toma El Estado De Ser Superior. El Estado de toma de conciencia natural y perpetuo.
Todo aquel estado que se adquiere por voluntad...; se pierde por la misma voluntad... No habría nada externo ni interno que nos sacara del Estado Consciente Voluntario. El retroceso seria querer perderlo y volver a la técnica o tónica del fluido del pensamiento. (Buda en la puerta del Cielo) Es parecido al toque del vampiro: te pide permiso para entrar y morderte... Mientras no se lo das, estás seguro.
No es fácil llegar al estado de presencia constante. Toma mucha voluntad y un trabajo interno profundo. Pero es necesario y los útiles los vas teniendo a medida que los vas pidiendo...
Este sería el camino del peregrino: la necesidad de introducción y toma de consciencia de su propia conciencia. Si somos conciencia y vivimos en la consciencia no hace falta hacer ningún peregrinaje.
En la psique o subconsciente donde vivimos, nosotros seríamos los pensamientos que se manifiestan una y otra vez, hasta que la Unidad nos absorbe.
Nosotros hacemos lo mismo con nuestra individualidad:
disponemos de un subconsciente que acumula todo aquello que ve y siente en ciento ochenta grados. Este subconsciente sería parecido a nuestra casa, con todo aquello que hay dentro. Nosotros seríamos los hombres-pensamientos en la Unidad psíquica del planeta; nuestros pensamientos son la barrendera de nuestro subconsciente. Si nuestro subconsciente fuera al ciento por ciento consciente, ¿nos podríamos definir como dioses?
Ojo: el subconsciente es consciente en la medida que contiene todo el poder de la energía que absorbe; pero no está subyugada por la voluntad de atención.
Es decir
En la medida que miramos el ojo humano controla toda la panorámica de ciento ochenta grados. Todo ello, como un aspirador, se acumula en el subconsciente que a su vez necesita ir limpiándose a medida que va llenándose. Los pensamientos serían la barrendera del subconsciente que pasa por el consciente mental o estados mental consciente del individuo. Este estado de atención consigue absorber la energía con que la viene cargado ese pensamiento y a mayor tiempo de atención más nos cargamos de la energía acumulada en el subconsciente. A mayor capacidad de atención el subconsciente se vacía con más premura y el consciente toma El Estado De Ser Superior. El Estado de toma de conciencia natural y perpetuo.
Todo aquel estado que se adquiere por voluntad...; se pierde por la misma voluntad... No habría nada externo ni interno que nos sacara del Estado Consciente Voluntario. El retroceso seria querer perderlo y volver a la técnica o tónica del fluido del pensamiento. (Buda en la puerta del Cielo) Es parecido al toque del vampiro: te pide permiso para entrar y morderte... Mientras no se lo das, estás seguro.
No es fácil llegar al estado de presencia constante. Toma mucha voluntad y un trabajo interno profundo. Pero es necesario y los útiles los vas teniendo a medida que los vas pidiendo...
Este sería el camino del peregrino: la necesidad de introducción y toma de consciencia de su propia conciencia. Si somos conciencia y vivimos en la consciencia no hace falta hacer ningún peregrinaje.
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