Efectivamente, nunca se me ocurriría desperdiciar un piropo contigo, marimacho. Mírate y opérate. Tu cabeza es la que no funciona. Culpa a tu madre de tu extravío y desvarío. Busca otro culpable en tu interior, seguro que das con él.
Apuraos, feminazis, os queda poca mollera para sucumbir en desgracia. Animaros en grupo porque en solitario pensáis demasiado en nuestra polla. La falta de polla es lo que obnubila la mente y destroza neuronas, y os da por salir a la calle enseñando teta o carteles difamando vuestra personalidad. Estáis rabiosas porque no os hacemos ni puñetero caso. Necesitáis un judío que represente vuestra bajeza personal. Un judío negocia con feminazis, como otro judío negoció con otro hombre.
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