alrededor de 500.000 defines son masacrados a palos. Sin, embargo, no deben guardarnos rencor cuando recurren al hombre, que les asesina, a que les quiten los hilos de los aparejos de pesca que tanto abundan en los mares. Toneladas de algas salen a las playas envueltas en los hilos de pesca enganchados en sus correspondientes anzuelos. Anzuelos por un valor de entre 4 y 5 euros.
Es conveniente no pisar esos montoncitos de algas e hilos por el peligro de ensartarte uno de ellos.
En este jodido mundo lleno de miserables individuos cuyo fin es ver a los demás con código de barras y un precio a sus espaldas... se están cargando el planeta por que sí. Infinidad de arrastres desertizan las profundidades de los océanos y mares del mundo mundial. De casi todo el arrastre una buena parte de lo arrancado no sirve para nada y lo desprecian enviándolo de vuelta a su hábitat. Todo eso muere porque no se puede volver a agarrar al soporte o raíz de brote. Las algas, los corales, las esponjas, pequeños peces, pequeñas especies que no interesan son depositadas sobre las aguas marinas expuestas a las gaviotas, cormoranes, pelícanos y otras especies que se nutren en superficie. Los sedimentos son cada vez más castigados y empobrecidos y expuestos a las corrientes hacia profundidades donde el sol no penetra y mueren.
No se puede vivir así.
No podemos consentir que los balleneros maten toneladas de pescados, mantas raya, delfines, bonitos, sardinas, ballenas, delfines...
¡Joder, basta, hostia puta!
Es más saludable comer verdura, fruta y plantas del bosque.
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