Todo en el edificio rezuma medidas masonas. Los grados de los maestros y la escala de la pirámide desde la cima hacia la plataforma.
Museo almacén donde guardan todo tipo de oopart que se han encontrado diseminados por todo el planeta. Amén de infinidad de figuritas, momias y otros artilugios de la expoliación de Egipto. Y, expresamente aquí, es donde se han enfrentado el Embajador español y el torrado de Torra, quien había sido invitado por ser un extraterrestre en la Corte del Rey Annu. Su sangre azul, igual que la de Puigdemont, Mas, Pujol y sobre todo la del comandante en jefe de los ejércitos extraterrestres y hermano de Alain Delon, Junqueras.
Edificio hermanado con la masonería catalana y donde el torrado de Torra se ha permitido levantar la voz al Embajador. Y darle plantón. Amén del canto al planeta X del que reciben vibraciones.
Lo de esta gente es tan demencial que nadie es capaz de definir a qué cojones están jugando. Desde luego que a lo que jueguen no será nada positivo para los pasivos y laxos españoles. Ni tampoco para los pasos a seguir en el NWO.
Lo que realmente molesta es la debilidad política que rezuma de los gestos, los actos y comportamiento de nuestros representantes. Nadie ha hablado de otros parlamentarios presentes, solo los nuestros han sido reprendidos por no saber estar.
¡Asqueroso y patético!
No he visto gente de tanta sangre azul reunida en un lugar y de cuya manifestación sean dignos de crédito. Solo de descrédito.
En fin...
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