Sánchez admite que el gobierno central ha hecho todo lo que tenía que hacer frente a la ola de incendios que han calcinado gran parte del territorio español. Ha seguido comentando la cantidad de efectivos que han hecho frente a los incendos y ha dado por satisfecha su labor en el tema. Es decir, ha estado todo el mundo menos él, que estaba en el palacete de la Mareta, Lanzarote, disfrutando de las vacaciones como si no estuviera pasado nada. O, tal vez, estaba de camino a Andorra a seguir disfrutando del dinero que nos saca a los españoles y, cuyas cantidades sableadas a la caja de impuestos, tiene depositado en algún banco del lugar.

Aquí vemos como se ha tomado en serio eso de ser presidente y acudir ipso facto a los lugares donde se encuentra el fotógrafo preparado para sacar la imagen y donde el incendio queda a kilómetros de distancia. Hay muy buena gente que sabe perfectamente como encontrar el lugar idóneo para hacer una foto de un incendio y que el presi no tenga que pisar ceniza. Tenemos el ejemplo en las fotos realizadas en la Luna donde los astronautas se caían por efecto de la gravedad o carencia de ella, en el satélite, pero las patas del módulo estaban limpias y relucientes. No le habian afectado la fuerza de asentamiento de la nave, pero sí quedaba una huella del astronauta al pisar el polvo. No pongamos en duda su llegada aunque al lado del módulo hubiera una piedra con la letra C. Si mal no recuerdo.
En fin,
seguimos vivos porque respiramos pero no porque sepamos que vivimos.
El caso que el presidente echa la culpa de los incendios al cambio climático y de ahí no hay nadie que le lleve la contraria. Ni tuvo duda cuando le dijeron la cantidad de individuos arrestados por culpa de cambio de temperatura que había cogida la antorcha, cuando el pirómano la acercó a la llama.
Por favor,
que lleguen pronto los visitantes extranjeros de las estrellas y me lleven lo más lejos posible por ver si lo que me queda de mente es sinónimo de inteligencia.
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