lunes, 12 de agosto de 2024

la otra cara de Puigdemont

 Desde la desaparición de Puigdemont en Barcelona, delante de tanta gente, llegó a preocuparme que nos le hubieran secuestrado para, posteriormente, pedirnos rescate por su liberación. He llevado unos días que no podía dormir del <<ansia viva>> de no saber, si, sobre su persona, le hubieran practicado algún acto violento fuera del hecho de tener que someterse a ese espacio claustrofóbico que experimenta cada vez que tiene que hacer la desaparición automovilística. A muchos me gustaría veros hacer lo mismo que Puigdemont, todo, por ese caracter político que le caracteriza.
Lo realmente llamativo es ver como se han puesto todos de acuerdo para levantar Correos, de la estafa de 1.000 millones, a base de escribir cartas a la población española. 
El presidente cuando ha tenido que ausentarse durante cinco día, ha tenido la gentileza de enviarnos una carta para que no nos preocupáramos de su ausencia. Cuando hemos tenido un mínimo de inseguridad con su esposa: nos ha enviado otra para que sepamos que lo del juez es una juezada por ser la esposa de su señor. Y, ahora, Puigdemont nos envia otra carta para que sepamos que ha vuelto a <<casa>>, no siendo Navidad. Todo un detalle para tranquilizarnos de su estado de salud aceptable. ¡Qué susto!
En todo caso, para tranquilidad de los mossos por haber dejado que Puigdemont se fugara, el gobierno de Sánchez, por boca de algún ministro de transporte, ha echado la culpa al PP de Madrid, porque todo lo que pasa en España es por culpa de los fachas. Pero si los trenes tienen averías y no funcionan, el ministro está golfeando, que también, en algunos campos de golf.
Que el ministro tiene vacaciones porque es verano y está disfrutando del campo... pues muy bien. Pero muy bien cuando haya sulucionado el tema de los trenes que se quedan varados en cualquier via y circunstancias con peligro para los pasajeros porque no pueden respirar y no se abren las puertas. Cuando esto lo haya solucionado el ministro, ahora, sí puede irse a jugar al golf o golfear donde le plazca, pero al ministro le pagamos los sufridos viajeros y debe responder por ello. Si este ministro no hace honor al cargo es muy fácil: carretera y manta. Y que pase el siguiente.


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