lunes, 19 de agosto de 2024

estafa y estafados

 
son las palabras que vienen a decirnos los periodistas del resultado obtenido por las negociaciones de la psoe con los independentistas catalanes. Si esto es el resultado o explicación de lo que nos tienen que decir los periodistas... estamos acabados. Si los periodistas se sienten estafados antes estos hechos..., ¿cómo puede estarlo el común de los mortales?
Que en España se están llevando a cabo maniobras de desinformación sobre la Agenda 2030...: es notorio. Lo que no teníamos muy claro quienes eran las fuerzas políticas que estaban y están cumpliendo el resultado de la reunión de Davos. Resulta que están implicados todos los partidos políticos, incluso, aquellos que tienen minoría en el Parlamento. Y, lo están, porque la minoría no tienen más cojines que apechugar con los dictados y, sí, también pueden quejarse... pero no sirve de mucho. Por mucho que, ahora, la gente, los votantes, se estén dando de cabezadas contra el muro de las lamentaciones, del resultado, oscuro, que integra el cuerpo de la falsedad y estafa. La gente, el votante, no tiene realidad de futuro, siempre está implicado en el pasado. Siendo el pasado lo que dejamos atrás por considerarlo nefasto y retrógrado; ¡y mira que tenemos la experiencia de 40 años de la misma matraca PP y Psoe. ¿Más vale conocido que bueno por conocer? Pues creo que no. Según la estadística deberíamos cambiar según cambia el panorama de probabilidades.
El caso que está todo el mundo inquieto viendo cómo el territorio mundial político tiene una ideología que no alberga o asume a los ciudadanos. A medida que vayamos siendo y tomando conciencia de que los acuerdos tenidos entre los diferentes países de cómo manipular las conciencias y vivamos bajo esa conciencia de paria, de animal obediente... entonces seremos comunistas, dirigidos por comunistas, dentro de un orden establecido dictatorial. El ejemplo lo tenemos con los chinos y sus dirigentes políticos. Aún estando a 6000 kilómetros de distancia, el chino sumiso, vive como si estuviera siendo vigilado por el ojo que todo lo ve, del dictador Xi Jinping. Su misión es trabajar, trabajar y trabajar. Da lo mismo de lo que sea. El caso es sacar dinero poco a poco, para hacer un mucho. ¡Alucinante! Este es el futuro al que nos quieren sumir en breve. El futuro ha caído en manos de políticos sin escrúpulos, y, a sabiendas, de que es mejor está en el poder que bajo de él.

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