jueves, 21 de marzo de 2024

si no hubiera visto cosas más gordas

 
en mis años de vida... diría que es penoso ver a todo un ministro perder el tiempo hablando de la presidenta de Madrid, la señora Ayuso. Que conste en acta que la nombrada presidenta no tiene nada conmigo y, espero, que en contra tampoco. Porque no nos conocemos de nada. Por ello ni quito ni pongo algo que no sé a ciencia cierta de lo que va el tema. Pero es evidente que a la izquierda le molesta mucho la señora Ayuso e insta a todo el mundo a opinar en contra de ella; cuando en realidad de quien se debiera hablar sería del defraudador de Hacienda: que no somos todos.
Que este memo esté diciendo que ellos son los más santos del santoral católico es para echarse a reir y no parar de hacerlo.
Decir que ellos no mienten es como decir que no comemos todos los días de Dios. Porque, expresamente, comer es el acto más cotidiano para una salud de hierro. Pues este es el ABC de las vitaminas de hierro de la izquierda: la mentira.
Allá donde alguien, dentro de la psoe, tiene la más mínima duda al respecto sobre la mentira, es automáticamente declarado no válido para el puesto que ocupa en la formación. O todos mienten o se rompe la baraja.
Y ahí están todo el día mintiendo a la población española como una cosa normal. Como si mentir hubiera sido el catálogo de entrada o pertenencia a semejante formación política.
Y este memo, tiene un pase, porque si dirigimos la atención a la vocera mayor la señora María Jesús Montero, entonces, sí que nos damos cuenta de las razones por las que todo el partido tiene que llevar la mentira como entandarte militante.
¡Y no les da vergüenza, oiga!
Mienten, ya, con tal soltura que nos hace pensar que el resto de españoles no hablamos correctamente. Que solo son los políticos los que cotorrean bien, y verbalizan mejor, cuando se insultan sin tapujos y diatrivas varias. 
Ante esta situación que nos muestran los ministros cuando nos están representando y somos conscientes de eso... es para echarse a temblar y, si no eres creyente, empezar a serlo por si acaso...
De esto es, por desgracia, de lo que escribimos constantemente y que deberíamos los ciudadanos poner fin a esas diatrivas sin ton ni son. Claro que me interesa saber quienes son los que nos roban. Pero decírnoslo para que en el apogeo nos olvidemos de ello... no es buen síntoma de buen hacer. Estamos acostumbrados a oirles siempre insultarnos en ese toma y daca... y no poder echarles a la calle a sembrar cebollinos. Que es lo que teníamos que hacer para digerir, adecuadamente, toda esta sarte de insultos y robos varios. 
Como no estábamos bastante robados ahora nos sale la trama Ábalos, Koldo, Rubiales, Ayuso, la mujer de Feijóo, Griñán, Chaves... ¿Quién da más?
Estamos hasta los cojones de tanta monserga. Tanto ladrón de guante blanco o negro, de tanto descerebrado llevándoselo crudo como si el dinero lo hiciéramos los españoles, por la noche, con una máquina de fotocopiar. 
Esto es algo que nos debe dar ganas de vomitar, sin estar embarazado. Claro, que, ahora los hombres también se pueden sentir embarazados y tener los clásicos vómitos mañaneros. ¡Cómo está cambiando el mundo!, si hubiera más tontos por metro cuadrado se llenarían estadios de fútbol de hombres. El de las mujeres son mucho más pequeños. (Los estadios.) Aunque hay mujeres con pilila que pueden jugar en esas canchas tan grandes.
En fin, señores, 
que no tenemos remedio en España. Que siempre copiamos lo malo de otros lugares y, como punto y medio, en política no íbamos a quedarnos  atrás. Somos tan solidarios que, hasta en lo malo, nos intentamos emparentar. Maldita sea.

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