La amnistía es aquél sujeto activo-pasivo por el que los culpables de un asalto al Estado de la Nación, se puedan salir de rositas sin que nadie pueda achacarles unos delitos contra la autoridad competente o contra todos aquellos sujetos catalanes que no estuvieran de acuerdo con el asaltaestado. Es una forma de indulto para todos los integrantes o responsables del asalto y agresores de los policías lesionados para toda la vida.
O sea, que si yo quiero salirme con la mía, lo mejor es dar un asalto a un estamento estatal, dañar cuanto más mejor a las fuerzas de seguridad del Estado, y acudir de inmediato a pedir la amnistía preparada para tal fin. O, ¿no?
La verdad que la privación de libertad para esta gente es lo mejos grave que les pueda pasar. Para esta gente es necesario abrir una nueva legy que les avale la cualidad de delito más alta y meterles en una prisión con derecho a soledad total. No se puede consentir que los agraviados, sean quienes sean, sean tratados como animales que pueden ser atropellados por asesinos sin escrúpulos.
Es tan descerebrado lo que estamos viviendo con esta gente... que no sé muy bien cómo podemos consentir, los ciudadanos, que nos tomen por el pito del sereno.
Cómo podemos tener una Francina Armengol en cabeza de la mesa de los diputados, del Parlamento, diciendo o justificándose (muy malamente) lo de las mascarillas en las compras que hizo muy negativamente. Es decir, poco, lo de negativamente. El caso es que las compró, las pagó y después se dio cuenta de que no servían para nada. Oh, por favor, dejémonos de más gilipolleces y metámosles en la cárcel a todos juntos para purgar sus penas.
Estamos hasta los cojones de escuchar sandeces día sí y el otro, también.
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