le han permitido seguir llorando en la sede del PP antes de abandonar las dependencias un mes después del varapalo que le han dado entre Isabel Ayuso y Cayetana Álvarez de Toledo. Con toda la razón del mundo. Un pesidente de partido que insulta a un miembro del mismo, llamándola choriza y otras cosas peores... no se puede ir de rositas. Si, encima, echa de la portavocía a Cayetana porque le hace sombra y porque se mete mucho contra el ególatra Sánchez... eso es imperdonable.
Casado, Feijóo y Sánchez, son miembros de la misma hermandad socialcomunista. Hasta el extremo de no mandar armas a Ucrania por que las utilizarán contra su jefe supremo Putin. Les importa una higa que Putin se cargue a toda la población ucraniana, pero que le toquen a Putin... eso es harina de otro costal.
Luego se mete contra Abascal porque le achaca: "no quiere refugiados ucranianos en España".
Una mentira que le debería dar vergüenza a semejante mentiroso patológico. Parece ser que ─en política─ el que no miente es tonto de capirote. Amén de tener a todos los etarras, los separatistas, los representantes de cárteles de la droga y otros... dentro del Parlamento. Como si fuésemos una prolongación del Parlamento venezolano. Si es que existe Parlamento en Venezuela, dado que solo está Maduro como representante único en el mismo: él se lo dice, él se lo come. Y para casa.
Así estuvimos en España el tiempo que le vino en gana al presi porque tenía miedo de salir a la calle y encontrarse gente que le pudiera pegar el bicho. Y por eso confinó a toda la polación española y cerró el Parlamento siendo ilegal, alegal o como se le quiera nombrar al acto infame que tomó el memo del presidente.
Y, ahora, se pone chulo frente a vox que es un partido al que no puede ni mirar porque le ponen de los nervios.
¿Por qué?
Porque no tiene nada que hacer contra ellos. Y cada día van sumando en votos para echarle a tomar viento fresco. Le dijo Abascal que se marchara, que ya había hecho suficiente daño a los españoles...
─Se enfrentó a Abascal diciéndole que cada vez que le decía que se marchara... le producía un cierto bienestar físico.
No es verdad. Es una machada a la que no está acostumbrado a recurrir. Abascal le produce un respeto próximo al miedo. Le mira de reojo cada vez que Abascal está en el estrado y se dirige a él. Es un puto gallina. Un indecente personaje de ficción.
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