que tuvieron que buscar un cuerpo para poder limpiar la sangre real y eligieron a Leticia... Así van a hacer con Juan Carlos en la operación a corazón abierto en la clínica Quirón de Pozuelo de Alarcón, Madrid: transfusión de sangre y válvulas para un corazón manipulado.
Según el parte dado por Felipe, la operación ha sido un éxito y ya ha recibido la primera enhorabuena del Presidente de Gobierno, desde las marismas, Huelva. Le ha lanzado un mensaje de afecto y amistad de sus partes; y un chorro de buena esperanza para su hijo de parte de toda su plantilla, de todo el PSOE. No sé muy bien cómo lo van a recibir Torra o Rufián este comadreo entre Sánchez y la monarquía.
Acordaros que a esto se le llama política.
Y en la política vale tirarse los trastos a la cabeza y llamarse de todo menos bonitos... y, fuera de ella, -de la política-, llevarse como hermanos de camada.
Todo un bonito gesto engendrado por el consenso de todas las formaciones políticas.
Hace falta ser merluzos y, encima, aparentarlo.
Aún, así, no veo yo... -o estoy medio cegato- ...a Rufián y Torra abrazando al monarca cuando salga de la clínica. Tendríamos un serio problema si la cosa transcurriera de esa forma. Nos llevaríamos a engaño y los cuchillos ya estarían en alto. Por lo qué, sería un gesto de suma importancia de Sánchez hacia la monarquía, si encerrara a Torra y Rufián, junto a la celda de Urdangarin. O, lo que es igual, en la cárcel o penal donde va a dormir Urdangarin. Si no le han dejado salir desde un principio y está con la familia, como si encerrado en barrotes se encontrara cara a la opinión pública. Creo que Urdangarin estuvo encerrado tres días y nada más. De hecho lo encerraron allí porque había familiares que vivían cerca y le llevaban la tortilla de casa. La comida del penal no le gustaba, caso contrario a Junqueras que ha engordado nada más empezar la custodia. Creo que hicieron en el Canal de TV3, un reportaje sobre Junqueras y el por qué no hay que entrar en la cárcel: se engorda. Se come mucha comida basura. -Han comentado los presos-, sin estar presente el cocinero de prisiones.
En fin, amigos;
que nos hemos ido desde la operación del Emérito, a los zumbaos de Cataluña.
¡Algo huele a falsete!
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