Ayer comentamos sobre los niños refugiados que desaparecen una vez llegado a campos de refugio o a países que sirven de lo mismo.
En los medios de ondas están llamando madres, padres, abuelos, hermanos, etc., para que encuentren a sus hermanos desaparecidos a ciertas horas y en compañía de ciertos amigos. Es evidente que tener amigos de este calado, ¿para qué quieres tener enemigos? Y yo me pregunto: ¿Para qué carajote queremos las Fuerzas de Seguridad del Estado que no encuentran un caballo en el establo? ¿A qué se dedican las Fuerzas y Cuerpos del Estado cuando dan larga a la desaparición de un muchacho o de una muchacha cuyo comportamiento era normal? ¿Qué carajote está esperando la Inteligencia para dar con el paradero de alguien desaparecido...: -Qué aparezca,-acaso? Para eso no se necesita tener una patrulla de manguis con uniforme policial. Éstos deberían tener las mismas ansias de búsqueda como si la perdida/perdido fuera de su familia. Éstos memos de mierda y damiselas de lánguido mirar y parco en palabras, deberían estar perdiendo el culo en busca del que se considera perdido..., que -en caso de no estarlo, después de haberlo buscado-, todos nos alegraremos del encuentro familiar y con el cumplimiento del deber hecho. Si no es así, las policía de investigación tiene los días contados por memos, burros y vagos. Estoy seguro que si la Espe perdiera el coche -el mismo con el que se dio a la fuga el día de la multa-: todos los patrullas estarían buscándolo. ¡Qué esto tenga que decirlo un individuo de a pie, es porque ya no nos la dais con queso! Vagos, maleantes, perros del poder. El día que los drones gobiernen los cielos de los pueblos, ciudades y campiñas, vosotros pasaréis a formar parte de los del problema, que no de la solución. Ese día, algunos, os las veréis mal con aquellos que habéis abusado de vuestro poder. ¡Todo llega... Es cosa de esperar!
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