miércoles, 15 de junio de 2016

a más dulce, más azúcar.

este no es ningún eslogan. Simplemente decir que el azúcar es un ingrediente que nos hace adiptos -más que la coca- a su consumo. Y, ya, pensando, quizá sea preferible asumir el riesgo de la coca. Total, memeces a parte, es conveniente saber que el azúcar de una forma u otra está en la dieta diaria de todos los comensales. Si tomáramos conciencia de ello estaríamos hablando de que no comeríamos ningún alimento que no contiene el nombrado producto. Es natural, ya lo hemos expuesto, si es adiptivo normal que estemos comiendo cinco veces al día cualquier comida; aunque, a decir verdad, el comer una sola vez, tampoco merma el que te salga un estómago como a los niños de Biafra.
Atención a la SACARINA, pues es totalmente química y no aporta nada en absoluto, pues está compuesta de un derivado del petróleo junto con amoniaco; podemos hacernos una idea de lo que nos perjudican estos compuestos.
Por todo lo expuesto queda claro que el azúcar es droga legal que nos suministran en casi todo, tengan mucho ojo y lean las etiquetas.
Hagamos que no sea tan dulce este negocio para la industria, y cuide su cuerpo como el templo que es.
 recomendaciones
Miel (tomada con mucha moderación pues tiene un alto contenido calórico).
Stevia (siempre que tenga un origen natural y no sea transgénica).
Sirope de Ágave, (éste último es el que mas recomiendo también asegurándonos que no sea transgénico, el Ágave es una planta procedente de México con apariencia parecida al Aloe Vera, y tiene un poder endulzante muy potente con sabor neutro. Hoy en día, lo podemos encontrar en la mayoría de supermercados.

 ScreenShot041Sin embargo, la verdad, gravita en torno a una elaboración, un empaquetado, una fecha de consumición tan insegura como el producto en cuestión. El naturalismo va perdiendo -cada día- su fiabilidad porque todo está saturado de productos químicos para alargar y embellecer lo que nos vamos a comer. Y no digamos de las carnes, que ya están podridas de origen. 
Total, que no podemos comer de nada, y no podemos dejar de comer. Asi que... pensemos qué es lo que mejor nos viene en cada momento y encomendemos nuestra alma al Divino, al que llegará más tarde o más temprano. En todo esto entra la Divina Fe como método a que si muero vaya directo al Cielo; y, si quedo, pueda ser lo suficientemente larga la vida para darles por el culo a los políticos que me tengan que pagar todos los meses la jubilación. ¡Qué los divinos Oidos me oigan!

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