viernes, 24 de junio de 2016

los chupa-chupa

bonito simil con los chupa-chupa de la prostitución Los avistamientos de objetos voladores no identificados no hubieran sido diferente de otros casos mundiales, si no fuera porque los aterrorizados pobladores relataban que estas naves luminosas se aparecían sorpresivamente y les lanzaban una especie de rayo de luz que, de acuerdo a los testigos, les succionaba la sangre o al menos daba esa sensación. Así fue que a este desagradable fenómeno se lo empezó a llamar “chupa-chupa”.



Platillos avistados en Caso Colares
El caso pasó a mayores, puesto que las luces continuaron fastidiando durante muchos meses a la gente, siguiéndolos incluso hasta dentro de sus propias viviendas llegándose a conocer reportes de luces que los “visitaban” por las madrugadas, atravesando sus techos e iluminando partes de sus cuerpos, causando ardor o quemaduras en las zonas que tenían contacto con esas luces. Se las vio también en la iglesia del pueblo, que era el lugar donde la mayoría huía creyendo que iban a encontrar un poco de paz. Muchas de las víctimas relataron que al entrar en contacto con su piel desnuda podían sentir como sus cuerpos se paralizaban y empezaban a sentir quemaduras en las zonas iluminadas.

Una de las personas que le tocó vivir la tragedia fue la joven médica brasileña Wellaide Cecim Carvalho, quien se dedicó a atender a los numerosos pacientes que llegaban con quemaduras en su cuello o pecho.
Una de las Víctimas de los 'chupa-chupa'

La Dra. Wellaide recuerda haber atendido a unos 35 o 40 pacientes aunque los damnificados fueron más de 80 a lo largo de casi un año, incluso con dos muertos adjudicados al fenómeno. De acuerdo a la médica, los pacientes presentaban sensación de debilidad al punto que les resultaba difícil caminar. Los testigos además tenían quemaduras con necrosis tan solo minutos después de haber sufrido un ataque por un OVNI, siendo que la necrosis en quemaduras normales se produce unas 90 horas después de efectuada la acción.
Las víctimas presentaban además, unas pequeñas incisiones, con la sensación de picaduras de viruela o pequeños agujeritos tipo inyección, en los sectores quemados. Asimismo, los hemogramas de los pacientes mostraban que éstos tenían una fuerte disminución de los eritrocitos y hemoglobina, es decir, anemia.
Wellaide también relató un avistamiento que tuvo ella, de un objeto metálico en forma de cono truncado que se paseó por el centro del pueblo a muy baja altura un día a media tarde, luego de atacar a una señora que quedó desvanecida. Recuerda además, que dentro del aparato volador, podían verse dos seres pequeños, de poco más de un metro de altura.
OVNI avistado por la Dra. Wellaide, con dos seres humanoides en su interior - Caso Colares
De acuerdo a la doctora Wellaide, dos de los pacientes que ella atendió murieron por causa de estos ataques, aunque se declaró que el deceso fue por causas desconocidas.

Lo que ocurrió después fue que la Fuerza Aérea, presionada ante la dramática situación que se estaba viviendo en Colares, se vio obligada a actuar. De esa manera se inició la “Operación Prato” (platillo en portugués). Un grupo de militares se dedico a investigar que estaba sucediendo en Colares y sus alrededores. Sin embargo, llegaron 90 días después del clímax de la tragedia, cuando Colares ya estaba siendo abandonado por casi todos sus asustados habitantes.
Desde el punto de vista oficial, en mayo del 2004, o sea 27 años mas tarde, se realizó una reunión entre varios generales de alto rango de la Fuerza Aérea Brasileña con varios ufólogos brasileños. Los militares hicieron entrega de algunos archivos recopilados durante el transcurso de la “Operación Prato”, para disposición y análisis de los ufólogos. Conforme con los documentos liberados, en 1977 los militares habían tomado fotos de los OVNIs, entrevistaron a muchos testigos y tuvieron encuentros cercanos, logrando hacer dibujos de los objetos y de sus trayectorias.
Fotografías de Objetos luminosos en el Caso Colares

El comandante del grupo de estudio era un militar, que era inicialmente escéptico, y pretendía desmitificar el asunto y explicarlo de manera lógica como psicosis colectiva. Sin embargo, su opinión fue cambiando hasta darse cuenta que algo grave había ocurrido en el lugar. Se trataba del Coronel Uyrange Hollanda Lima. De acuerdo a una entrevista realizada a Hollanda, los lugareños frecuentemente les disparaban a los OVNIs. En palabras de Hollanda: “Siempre les decíamos: no les disparen, no les disparen. Una vez, una fuerte luz había sido apuntada a un carpintero. El hombre tenía unos 50 o 60 años. Tomó su rifle y le disparó al platillo volador. La luz lo rodeó, y él cayó al suelo, casi paralizado. Durante 15 días el carpintero apenas se pudo mover. Podía hablar y escuchar pero le resultaba difícil moverse”.
Los últimos relatos del coronel consistieron en decir que él, junto con un compañero, había tenido también un fugaz contacto con uno de los tripulantes de los OVNIs. Según relató, el tripulante bajó de su nave y se puso delante de los dos militares, los miró en silencio a los ojos, y luego retornó a su nave aérea. Hollanda menciona que cuando hizo el reporte militar acerca de este contacto con el ser humanoide, la Fuerza Aérea Brasileña, dio por terminada inmediatamente la Operación Prato, y guardó los archivos de la operación iniciando un prolongado silencio oficial. Las declaraciones de Hollanda le ocasionaron un enorme descrédito y una dura campaña en su contra.
De hecho, la misma Dra. Wellaide relata haber recibido presiones por parte de los militares:
“Fui obligada por la Fuerza Aérea Brasileña a convencer a los lugareños de que las luces que los atacaban eran alucinaciones colectivas y que lo que ellos habían visto no había ocurrido nunca”.
Tiempo después de estas polémicas declaraciones, el coronel Hollanda fue encontrado ahorcado en la habitación de su casa en Cabo Frío. Muchos sospechan que fue “silenciado”, otros que sufría de una gran depresión por la campaña en su contra, lo que lo llevó a quitarse la vida.
Los extraños sucesos de la isla Colares siguen sin encontrar explicación hasta el día de hoy, a casi cuarenta años de sucedidos y mientras muchos de los testigos aún viven y recuerdan claramente los hechos.
La Operación Plato
Desde el punto de vista oficial, en mayo del 2004, se realizó una reunión entre varios generales de alto rango de la Fuerza Aérea Brasileña con varios ufólogos brasileños liderados por Ademar Gevaerd. Los militares hicieron entrega de algunos archivos recopilados durante el transcurso de la “Operación Plato”, para disposición y análisis de los ufólogos. De acuerdo con los documentos liberados, en 1977 los militares tomaron fotos de los OVNIs, entrevistaron a testigos de OVNIs y presenciaron OVNIs personalmente, logrando hacer dibujos de los OVNIs y de sus trayectorias.
El comandante del grupo de estudio era un militar, que de acuerdo con Gevaerd, era inicialmente escéptico, y pretendía desmitificar el asunto y explicarlo de manera prosaica. Sin embargo, con el transcurrir de las semanas su opinión fue cambiando hasta darse cuenta de que algo grave estaba ocurriendo en el lugar. El nombre de este militar era Uyrange Hollanda Lima.
Comandante de la operación plato, Uyrange Hollanda

De acuerdo con Gevaerd, los últimos relatos de Hollanda consistieron en decir que él, junto con un compañero, había tenido un fugaz contacto con uno de los tripulantes de los OVNIs. Según relató, el tripulante bajó del OVNI, y se puso delante de los dos militares, los miró en silencio a los ojos, y luego retornó a su nave aérea. Hollanda menciona que cuando hizo el reporte militar acerca de este contacto con el ser humanoide, la Fuerza Aérea Brasileña, dio por terminada inmediatamente la Operación Plato, y se guardó los archivos de la operación (estos sucesos relatados por Hollanda obviamente NO aparecen en los archivos liberados en el 2004). Al parecer tales declaraciones de Hollanda le significaron una campaña de descrédito, lo cual no me sorprende demasiado.
Dibujo nave nodriza observada por el comandante Hollanda.

Investigadores

El incidente fue inicialmente estudiado por el ufólogo y filósofo brasileño Daniel Rebisso Giese, quien hizo un reporte sobre los incidentes. En 1988, el ufólogo y científico francés Jacques Vallee viajó a Brasil a investigar las historias de personas que habían sido heridas por OVNIs y otras historias de la ufología brasileña. Vallee se entrevistó con varias personas incluida la Dra. Wellaide Carvalho. Sus conclusiones sobre lo investigado en Brasil fueron que este tipo de incidentes no eran poco comunes y que merecían un estudio científico. Otro investigador fuertemente interesado, además del ya mencionado Gevaerd, fue el norteamericano Bob Pratt.

Conclusiones

El caso de la Isla Colares parece representar un golpe a las hipótesis “psicosociales”, las cuales usualmente tienden a descartar los relatos OVNI demasiado extraordinarios, pre-adjudicándoles una contaminación mediática que, según ellos, distorsionaría los relatos hasta el punto de hacerlos parecer enigmáticos. En este caso, es bastante difícil la ocurrencia de una contaminación mediática en el año 1977 en medio de una población aislada del mundo occidental, además de que la cantidad de evidencias de daño fisiológico asociado a los testimonios apoyaría los testimonios de avistamientos OVNI en la misma zona y en el mismo periodo de tiempo. Si a esto sumamos la preocupación militar o gubernamental por investigar y ocultar los hechos, pues entonces tenemos un caso formidable que incluye evidencias físicas y múltiples testigos. 

En el ámbito de la ufología, al parecer, los incidentes de la Isla Colares son un sector de condiciones extremas, es decir, donde hay un contexto social de alta pobreza y aislamiento de la sociedad occidental, en donde además hay una situación límite y reiterativa, es decir muchos OVNIs causando daño fisiológico a muchas personas, y por otra parte, intervención militar oficialmente confirmada. Se trata de una situación ufológica extrema, en donde la hipótesis psicosocial cae estrepitosamente.

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