viernes, 23 de febrero de 2018

radio y televisión

la misma mierda son.
Al tener acufenos el mejor remedio -no hay otro- es tener una radio al lado. Eso permite asimilar el sonido externo y aplacar el interno que no acaba nunca.
Bien
estaban comunicando la borregada del Athletic y el Spartak de Moscú y la repentina muerte del ertzaina, en Bilbao.
El presentador de la emisora, en plató, daba detalles en vivo de los acontecimientos que estaban derivando en los alrededores del San Mamés. Y si, en vivo y en directo, no estás encima, te permites recurrir a la familia de los adivinadores o agoreros.
El tema está en echar la culpa a cualquier grupo que haya y, son dos. Pues si los unos no han sido: por boca de un amigo ertzaina que había llamado al programa; obligatoriamente tenían que ser los otros. Los del Athletic, que habían lanzado no se qué objeto y le habían atizado al hombre en el coco.
La verdad es que es muy difícil estar en la calle, micro en mano, y tener todo el territorio controlado. Máxime si se les une la caballería en forma de furgoneta lechera.
Total, que a la tercera va la vencida y el hombre ha muerto por una sobredosis de horas de plantón y adversidades varias. 
Yo, me planto siempre, con las minorías. En los toros soy anti taurino. Me importa poco que el toro de bravo se convierta en manso, pero que viva. No creo tenga que nacer para ser degollado en ruedo a vista de todo quisque.
El fútbol no me gusta y reniego mil veces el que, por un partido, salga la madre del árbitro llena de mierda o se den de hostias unos memos contra los otros, y los clubs y los futbolistas a ganar pasta gansa con tanto ganso. Luego nos enteramos que las apuestas están amañadas y que son una tomadura de pelo, sobornos y malas artes. Y los gilipollas a romperse la cara por unos señoritos y puteros.
En realidad de tener violencia debería de ser entre los clubes o entre los futbolistas y tal vez, digo, tal vez, fuera mucha más gente por aquello de la lucha libre que tan buenos ratos nos hacía pasar en Valencia esos campeones luchando sin hacerse daño.
Coño, ¡pero si estaba amañado!
Si, si todo el mundo lo sabe, pero nadie protesta porque es puro teatro. 
Yo quitaría el fútbol y los toros. Y todo aquello que genere violencia en las calles porque -muchas veces-, sale esquilado el que menos se lo espera. Y luego vas a quejarte al maestro armero. 
La política del fútbol no la entiendo. No entiendo que los clubes ganen tantos millones porque veintidós individuos le dan pataditas a una figura redonda. Pero, además, descontrolados, obsesionados en correr de una parte a otra para hacerse con ese chisme. Vería muy lógico que fueran señoras a verles en calzoncillos y tirarles las bragas con anuncio incorporado, como a Jesulín, pero tanto tío macho junto... me escama.
Pero... ¡allá cada cual!

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