Ya era hora que la Península Ibérica se viese de postal navideña en aquellos territorios propensos al frío y a la nieve. Imagino que los benefactores... -en llegadas vía Madrid: con el aeropuerto cerrado-, ...sea Valencia. Capital que, con un poco de frío matinal y otro poco a la puesta de sol, tenemos una climatología digna de Canarias. A poca distancia y horas, a la capital española.
"Año de nieves, años de bienes", proclama el refranero español.
Son tantos años de sequía, en la península, que dudábamos del verdor y nacimiento de nuevos brotes de árboles autóctonos. Amén, del fluir de ríos, arroyos y bolsas bajo tierra. Hacía falta la lluvia y la nieve, hasta para compensar las energía personales.
Veamos si, con las nieves del centro, nos envían un poco para Valencia y embrujamos a nuestros visitantes.
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