Federica de Hannover. Abuela materna de nuestro monarca.
En los años 30 con la victoria del nazismo, la joven princesa, sin saber que seguía los pasos de gente tan respetable como el fallecido escritor Günter Grass y el papa emérito Joseph Ratzinger, entró a formar parte de la Bund Deutscher Mädel, una especie de sección femenina de las Juventudes Hitlerianas. Ella y sus hermanos, lucieron la cruz gamada.
La que llegaría a convertirse un día en Reina de Grecia y también en madre de un rey y de una reina nació en Blankerburg, Alemania, el 18 de abril de 1917. Era hija de Ernesto Augusto III, Duque de Brunswick y de la princesa Victoria Luisa de Prusia. Su madre era la única hija del emperador Guillermo II de Prusia y de Victoria de Holstein-Sonderburg-Augustenburg por lo tanto biznieta de Victoria I del Reino Unido. Así pues, por las venas de esta niña a la que se impuso el nombre de Federica, corría sangre alemana e inglesa.
La revolución de noviembre de 1918 en Alemania supuso el fin de la Monarquía y la constitución de la República, por tal motivo el 8 de noviembre de 1918 el padre de Federica, que había llegado a ser general del ejército alemán, se ve obligado a abdicar. Al día siguiente lo haría el kaiser Guillermo II y tres días después finalizaría la primera guerra mundial con la victoria de los aliados.
En 1936, mientras asistía a los Juegos Olímpicos de la Alemania nazi, el apuesto príncipe Pablo, heredero al trono de Grecia (con el que Federica mantenía una relación desde hacía años), le propuso matrimonio en Berlín. Y claro, ¿quién se resiste a reinar en un país soleado del Mediterráneo? El 9 de enero de 1938 ambos contraían santo matrimonio.
En febrero de 1981 Federica se encuentra en Madrid. Los Reyes van a pasar el fin de semana esquiando junto a sus hijos y Federica se despide de ellos. Va a someterse a la resección de unos xantelasmas parpebrales, una intervención quirúrgica muy sencilla que realizará el Dr Vilar Sancho en la clínica de La Paloma. El Dr Zurita, esposo de la infanta Margarita, estará presente así como el Dr Aguado. Normalmente esta intervención solo requiere anestesia local, pero en el caso de Dª Federica se realizó bajo anestesia general. Dos horas después de la intervención y ya recuperada se la trasladaría a su habitación en la clínica. Allí sufriría un infarto de miocardio masivo. La reanimación se intentó sin éxito. Tras el fallecimiento fue trasladada al palacio de La Zarzuela. Tenía 63 años.
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