
Siempre me pregunto, cuando veo a un sudamericano vendiendo religión, ¿qué les venderían los dominicos en el desembarco de Cristóbal Colón?
Porque, señores, todo un continente se vio transformado como en el caso de Pilar Rahola. Aquellos son más papistas que el propio Papa y Rahola, la más independentista catalana. Ambos montan montan tanto, viviendo -por la cara- del Estado.
De todas formas, Puigdemont, tiene un Je ne se cua? que las lleva por la calle de la amargura. Le hacen gesto como diciéndole: ¡mira... "que te daría, hasta comerte, ladrón"! Nunca mejor expresado.
En fin...
¡Cuánta gente viviendo del sudor de "el de enfrente"!
Si sumamos los Pujol-istas, los Gürtel-istas, los Ere-listos, ahora comprendo por qué hay tan poca gente en el paro y entiendo, dónde están los euros del Pacto de Toledo.
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