miércoles, 21 de septiembre de 2016

"que jodan a la realeza"

sería la traducción del inglés que se lee en su camiseta. La Reina está enojada, ¿qué tendrá o, no, la Reina? La verdad es que desde el dia que pudo levantar o quitar la palabra al muchacho delante de los paparazzi, a Leti se le engrandaron los ovarios. Como al muchacho le hizo gracia aquél suceso -que no a su suegro-, ¿qué le iba a hacer?, sino reirse y quedar como lo que es: un gilipollas, en la corte del rey Mas and Pujol.
Ya venían proclamándolo a los cuatro vientos los amigos comunes... que para eso son comunes, con la capacidad de largar todo cuanto a un amigo acontece. De todas formas a Leti le pasa algo y nadie sabe qué es. Hay quien apunta que suele ir de picos pardos por las dehesas de Madrid. Es decir, "la Casa Real dando siempre de qué hablar". Se fué el abdicado, y ha quedado la suplente del suegro. Solo faltaba que se convirtiera en comisionista para parecerse en todo a su real suegro. Otra de las cosas que la precede es su figura: está perdiendo peso, -dicen. Hay quien opina que está entrando en la menopausia o está retrocediendo a su juventud a base de productos farmacológicos sacados de la sangre menstrual femenina. Unas espectativas para que dure muchos años, como los vampiros; que como las meigas: haberlas ailas. ¿A caso la reina Madre, inglesa, no utiliza el Beefeater para deshechar las impurezas corporales vía poros o vagina dimensionada? Y ahí la tenemos, cargada de años y esperando que pasen 500 años más, como Matusalén, por su rejuvenecido cuerpo dimensional. Apañados va el mundo si quedan en, él, la Leti y la Isabel. 
Lo realmente importante es, que este año la Leti no ha veraneado con la familia real en Palma de Mallorca. Ha dejado sola a su suegra, la Bilderberg, por lanzarse a la aventura fuera de la influencia real. Habrá hecho como todo el mundo que tiene suegra: dejarle los niños para tomar un mes de aventuras y desenfreno. En eso, no ha hecho más, que cualquier hijo de vecino. Eso sí, este año no ha habido ningún comentario más allá, del que nos tenía acostumbrado el patrón del barco. Las niñas muy monas, los niños muy monos y un poco atosigados por el periodista Jaime Peñafiel. Al periodista no le gusta Froilan; dice que está muy pijo y no cuadra con la monarquía. Que se junta con mala gente y que mejor estaría fuera de España. No sé si es que Mariñas intenta ir tirando, poco a poco, a tanto garrapata, de la piel de toro.

No hay comentarios: