viernes, 2 de septiembre de 2016

al moro y al gorrión, perdigón


El banco que contribuye al "bienestar social" despide y humilla a sus ex trabajadores

 

 

“Eficiencia y adaptación a la coyuntura y necesidades actuales de mercado”. Este es el motivo por el que el Banco Santander ha planteado un ERE para trabajadores de oficinas y servicios centrales que los sindicatos firmantes, entre los que destacan CC.OO. y UGT, han aceptado y firmado, pocos días después de presentar unos beneficios de 1.633 millones de euros en el primer trimestre del año.
Este ERE, camuflado en 1.007 “bajas voluntarias” en Santander España (Oficinas) y 380 despidos (centro corporativo) conlleva una pérdida de trabajo mucho mayor. El Banco de Ana Patricia Botín tiene un gran número de personal subcontratado que es la primera víctima del rumbo errático que ha tomado la entidad financiera en los últimos años(...). Este personal, que ya sufre de una situación laboral muy inferior con respecto al que está en nómina en el Banco -desde sueldo a derechos tan básicos como acceso a los comedores laborales-, también sufre un trato muy diferente a la hora del despido.

Personas como si fueran números

La idea, que ha empezado a aplicarse, es que todo personal despedido debe abandonar la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte (Madrid), por una única puerta, la principal, conocida como “El Faro”. El motivo es revisar y controlar que a la salida entreguen todo el material que utilizaban para su trabajo: desde ordenadores portátiles, teléfonos móviles o su identificación. Algo que podían haber hecho de forma personal, protegiendo la dignidad del trabajador, pero han decidido hacerlo de esta manera deleznable. Practicidad por encima de humanidad.
Y mientras ocurre todo esto, los sindicatos no mueven un dedo por proteger la dignidad de unos compañeros que consideran “ajenos” y que van directamente a las listas del paro. Todo sea para mantener “un entorno laboral que posibilite la realización y desarrollo profesional de sus empleados”. Así lo han firmado. ¿Y qué dirán ahora Ignacio Fernández Tojo (CC.OO), y Josep María Álvarez (UGT), tras su proclama del pasado 2 de Mayo, Día del Trabajo? Ver para creer.

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