hasta su propio partido la desea fuera de la política. Con 24 años al volante de Valencia y ahora la dejan con el culo al aire. Hasta su, propio, jefe. Ese en el que se encontraba en el mismo lugar de cena, relax y putiferio, cuando venía a escondidas a la capital del Turia. ¡Con todo lo que Rita ha hecho por Valencia! Sí. Lo mismo que hizo Gallardón por Madrid. Gastarse la pasta a manos llenas, para darle capricho a sus amigos del alma. Y ahí tenemos el resultado de los cientos de euros que se gastó, un ejemplo, el circuito. Y eso sin contar con la obra faraónica del masón Calatrava. Una construcción que intentan rentabilizar engañando a los turistas. Nunca antes un río intenta dar tanto rendimiento y beneficio y no por llevar agua, expresamente. Eso sí, fotos a mogollón, no sé si será para contrastar los kilos de pintura que le están pegando a las paredes constantemente. Que si se cae no será por un terremoto, que también, sino por las capas de blanco roto que le prodigan. La gente se sube a un pequeño tren que han acoplado en el cauce para enseñar... ¿qué? Les dan unas vueltecitas por los alrededores de la construcción y de vuelta a la misma. ¡Qué cara de gilipollas se les queda cuando, de regreso, se dan cuenta que han visto unos arbustos y unos cuantos árboles. ¡Qué pena!
A lo que iba. La exalcaldesa se ha reclutado en su casa y sale solo para comprar al Mercadona. Su amiga del alma viene a verla a casa y la sienta muy bien: está adelgazando. ¡No hay mal que por bien no venga! Desde que se la enfrió el calorcito del inverno y del verano, está mucho mejor. Ahora tiene a los paparazzi constantemente en su puerta para verla salir y qué vestidos saca. Ella, como las artista de Hollywood grita aquello de: fotos no. Cuando está deseando que la hagan de nuevo vivir, a través de la prensa escrita.
De todas maneras voy a decir que del mismo modo que la ha despreciado la ciudadanía valenciana, del mismo modo -digo-, volverían a readmitirla en el Ayuntamiento. Los separatistas valencianos no les está gustando a la comunidad. Realmente, estos separatistas, dejan mucho que desear gobernando allí donde gobiernen. Se les sube la pájar, enseguida, a la cabeza y se vuelven como Maduro: con el nido-gorro o gorro-nido. Al menos, éstos, no hablan con pajaritos: de momento.
El síndic socialista, Manolo Mata,
agradeció a todos los grupos parlamentarios que "hayan apostado por la
decencia del Parlamento". "Somos la casa del pueblo, porque formamos
parte de lo más noble que hay, que es la representación política",
resaltó.-¡¿Qué broma es esta?!-.
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